martes, 18 de octubre de 2011

RENUNCIE














Renuncié a encontrar mi mirada en tus ojos porque me dolía demasiado verlos vidriosos y vacíos... sin mí.


Y no soporté pensar y sentir otros, que anularan mi paso por tus días.


Solo quise ser mirada de gacela en la fría mañana para guiarte los pasos cuando aún tus ojos notaban la pereza de enfrentarse al aire...


y perdí mis pupilas en la lejanía de la montaña...


Renuncié a tu escorzo desnudo porque ansiaba aún el inmenso calor de tus caricias y no soportaba pensarte entre otros brazos... sin mí.


Me destrocé, una y otra vez, las manos resiguiendo tus curvas que en la noche te llamaban, mis manos anhelantes de tu cuerpo acalorado, acudiendo al mío en embestidas de placer...


y perdí mis manos re-siguiéndote en sueños...


Renuncié a ser manantial de tu boca ya que sólo podía imaginarte bebiendo la sal de mis lágrimas y tú, sorbiendo néctares de otras bocas... sin mí.


En cada ventana marcaba con mis labios los besos que te entregé un día, no hace tanto, y encontraban solo el frío del cristal, helado e impersonal...


y perdí mis labios tejiéndote besos de estrellas al alba...


Renuncié a mi alma de colores cuando te reclamaba para una deliciosa fiesta de arrumacos y paseos, de confidencias y risas.. y besos... porque al festín ya acudías solo... sin mí.


El trozo de pastel que comía tu boca ya no era de la ambrosía de mi piel, de canela y pimienta como yo mezclaba al simplemente sentir...


y perdí mi alma de colores entre sombras de soledad...




Y perdida.... resigo de nuevo el camino para encontrarme en destino y fuerza, en destreza para evitar el desatino...


otra vez...


para no volverme a perder en mirada, labios y manos... de débil mujer
a quien le robaste el alma... no pudiendo ya ser... 

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