martes, 18 de octubre de 2011

JUEGOS









Corre, corre que te pillo!!, será que siempre fuí muy vaga para los juegos, nunca entendí que tuviera la importancia, que después con el tiempo y la vida, le encuentras.


Nos pasamos la vida corriendo, escapando, por si alguien quiere pillarnos. Revoques, esquinazos, plantones, acorazarse, todo vale, para que nadie nos alcanze.


O bien, nos convencemos de que tenemos que ir detrás de alguien y conseguir entrarle, parale, zancadillearle, obsesionados por conseguir un te pillé!, el triunfo, triste orgullo.


El problema está, en que el juego se termina una vez pillas o te pillan, y según nos enseñaron de niños, hay que volver a empezar, dejas un tiempo de plazo prudencial, para que se inicie el perseguimiento y a correr, otra vez!. Me canso, hasta de escribirlo nada más, pero el resto no... cada día se inician nuevos jugadores, y repiten el cansino deporte por enésima vez otros tantos. No se puede detener. Te toca, cuenta hasta diez!.


Y cuando paras, te llega esa sensación de mareo, de angustia... el mundo sigue corriendo, y tú te anclaste, se apodera le vértigo de ti.


Churro, media manga, mangotero, ni falta hacía que me dijera un médico, que te montaran una pandilla de cabrones, que además habían pillado velocidad de carrerilla, me iba a doler.


Y entonces, porqué seguimos permitiendo, que algunos sigan subidos a nosotros?


Les ves venir, y piensas," te va crujir de dolor, ha pillado carrerilla, y al grito churro, media manga, mangotero, te va a partir en dos", pero no parece importarnos en el momento en que está corriendo y antes de notar el dolor del peso en nuestras espalda, aguantaremos ahí, hasta que nos caigamos derrumbados, son lágrimas de dolor.Y sin aprender la lección, volveremos a poneros en situación, de cara a la pared, medio cuerpo en pompa, y esperando que otro nos cruja. te partes en dos!






A la gallinita ciega, cruel como pocos, andar a ciegas con una venda en los ojos, y esperar que tengas la suerte de conocer al que pillaste. Le reconoces con las manos, intentas descubir su olor, su abrazo, no tienes la mirada... esa que dicen que es el alma, quizá por ello, muchas veces, reconoces a otro en el intento. para no ser descubierto, intenta no respirar, no hablar, no dejar que el olor de piel traspase por sus poros.


¿Quién no se ha encontrado en la vida siendo gallinita ciega?, vendados los ojos y la mente, viendo a través de otro, sintiendo que quieres descubrir de nuevo lo que cuando tenías venda, reconociste. Quizá nunca fué, y nosotros idealizamos, hasta convertirlo en quién quisimos que fueran.El arte de mentir, el arte de engañarse.


Churro, mediamaga, mangotero, adivina qué tengo en mi puchero

No hay comentarios:

Publicar un comentario