martes, 18 de octubre de 2011

Como en un centro Comercial






Esto es lo que es multicolor, que una se va a un centro comercial y se encuentra de tó, Maripepa, Bueno , bonito y barato, o Malo, más feo que pegar a un padre, y carísmo de la muerte.


Y es que hay que saber escoger, separar lo que aparenta de lo que simplemente entra por los ojos.


Que hay que ver que ojos tienen algunos "pa escoger",, que acaba una vestida con el cuadro de colores de Picasso, y adornada como una árbol de Navidad, botitas de pompones, por ejemplar un evento.


Y sale del vestidor, cúal payaso de la tele sin pasar por Micolor, y le dice la dependienta zalamera de la comisión que se va a llevar de la pardilla,


_Hay qué ver cómo le sienta- Claro, no ha mentido, porque no siguió la frase, de" como el c*** señora como salga usted a la calle así mismamente".


Pero como nos lo dijo una profesional de lo suyo, cargadita de bolsas de colores que te vuelves a casa.


Lo que hay que oir cuando llegas y muestras tus ventajosas compras, a los hijos y amigos que te quieren.


_Cómo te dejas timar de esa manera, tú no te miraste al espejo antes de pagar, o, ¿cúando dices que te lo vas a poner?, para decir que no te conozco de nada, aunque me hayas parido.


La cruda realidad se te viene encima. Curiosa la sinceridad, cuando una no quiere oirla. Qué empeño y qué crueldad, ya podrían mentir un poco más, o simplemente ser igual de profesionales que la señorita que me atendió.


Si es que no te dejan ser moderna, hay que ser clásica, el negro combina con todo, lo decía mi abuela, que se vistió de luto con 30 y lo soltó con 90,


Y ahora lo transformo al foro, que es lo que me dá a mi que much@s, se han pensado que es un centro comercial... debe ser, como mínimo por los registrados el mayor centro comercial y lúdico que existe.


Tenemos la dependienta, que se por quedar bien, aunque sea ella misma, siempre queda bien, se le nota a la legua lo falsa que es, pero vende que en ello le va el sueldo de encontrar gente que la alabe por el suelo que pisa.


Tenemos al camarero macizorro, que nos sirve el café , después del agotamiento de las compras sin sentido, que ya que tenemos la oportunidad escoger, al másbueno aunque sea el más borde y nos tire el servicio en vez de servirlo... pero y el lujazo de decir que te ha dirigido la palabra el tio bueno de la cafe??? eso no te lo quita nadie... Pues aquí, tenemos al que dice lindezas, y suspiran las damas por ellas, un pazguato del tres al cuarto, pero qué bien queda decir que ese, y no otro, te envía privados!!, qué princesa de cuento, me siento.


Tenemos a la cajera, ni te mira a la cara, son quinientos euros de ala... qué digo yo, que eso se dice con suavidad, que me he tirado todo el año para poder gastarme ese pastón, y ahora la altiva, sin mirarme a la cara, me pide todo el sudor de mis ahorros como el que va sobrado por la vida... Aquí tenemos a ese mismo, que se cree con derecho a pedir sin dar nada a cambio, vamos qué altivez!.


Y esta la familia sincera... la que no tiene pelos en la lengua, para decirte te quiero o te has pasado morena con el tinte la cabeza. Que son los que son, una veces toca dar y otra recibir, y que ponen lo que sienten sin pensar si a tí, malhumorado de la vida, o a ti, flower powers, o al otro, 6 en 1 que sirvesparatodo y todolocambias, e incluso a tí, la Máscara, que un día eres don pimpon y al otro Mcgiver, os pueda dar el requiebro de vuestra mortal vida y os sintáis desplazados del trono presidencial.


Esto es lo que es, la vida misma, en un centro comercial, donde puedes adquirir joyas o bisuteria, caviar ruso o sucedáneo marroquí, Cartier o Chartier... tú eliges, tú eres tú y sólo tú decides qué quieres comprar y a quién quieres escuchar, si quieres ser escaparate , vendedor de ilusiones o comprador compulsivo.


Y puesto que uno es uno mismo, y no otro, es lo que hay señores, mi dinero y mi tiempo, lo gasto en los que quiero, donde quiero y como quiero, los sentimientos lo mismo, que lo reyes ya no dejan ni carbón en los calcetines de la chimenea, Y si te quiero te adoro, y si no te quiero, ni agua, por mucho que me intentes entrar con lacasitos de colores, no te compro, no te miro, no me interesas.


Nos lo perdemos los dos, y tenemos centro para todos.

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