martes, 18 de octubre de 2011

Recuerdos







A veces se te agolpan recuerdos, no sabes porqué, pero de repente te encuentras como en el cine, visualizando recuerdos.


Hoy me acordé de mi padre, lo cierto es que no nos llevamos bien nunca, aunque aprendimos a querernos con los años.


Mi padre era nadador, y después monitor de natación y tenis.


Nos levantaba a las 5 de la madrugada, al mayor de mis hermanos y a mi, la segunda, y nos llevaba a Nadar... maldita la gracia que nos hacia!!.


Su ilusión, que uno de sus hijos fuera nadador, y no cualquiera... nadador de competición y ganando todas las carreras.


Practicamente, aprendimos a nadar antes que a andar, los cuatro hermanos, pero ninguno de nosotros le dimos la alegría, todo lo contrario.


Recuerdo que con 8 años, me apuntó a los cursillos de verano, pues no había colegio, y para él era gratis que yo me apuntara, no consultó, no pidió permiso, pero el primer día y último de mi primera clase, me pareció divertido que nos pusieran "corchos", cogidos a la cintura, y nos hicieran bautizo de agua, de a poquito.


Iba contenta con mis corchos, haciendo la que no sabía, divirtiéndome con los demás... hasta que llegó él... genio y figura.. me vió, y le cambió la cara. Supongo que le decepcioné, se pensaba encontar a un monitor alucinando de que ya supiera nadar, y yo, jugueteando como cualquiera.


También me decepcionó él a mi... me sacó del agua, me quitó lo corchos, y me lanzó al agua de nuevo, para que todos vieran que sabía ya mantener el ritmo con el agua.


Después de ese día, ya no me dejó ir más con el grupo, me entrenaba él, hasta el último, que era la competición delante de todos los padres...


Mi venganza estaba servida...


Nos lanzamos todos al agua, al voz de YA... y ahí íbamos todos, la lógica era clara, yo con más años y piscinas, iba de cabeza a ganar, y sólo pensaba en que no quería hacerlo, no quería competir, faltaba menos de un metro para llegar, y oía a mi padre... "esos pies, saca los brazos, hunde la cabeza y respira "... me paré, me agarré a los separadores de calle... y con ello quedé descalificada.


Creo que no me lo perdonó jamás...yo tampoco se lo perdoné.


No sé porqué me vino hoy el recuerdo, supongo que en realidad, me acordé de él.

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