martes, 18 de octubre de 2011

Puri




Me llamo Puri, soy mujer cualquiera, puedo ser tú pero soy yo.


Cuarentona, con la cultura que me dió las muchas puñaladas de la vida, de saber sacar pa´lante sin mirar atrás ni para dar impulso. Un divorcio a cuestas, una hija adolescente y varios trabajos que me ayudan a llegar a final de mes.


Por la noches me gusta cocinar para toda la semana, y parece que mi vecina, sabe el dia que hago tortilla de patatas, porque como si fuera un resorte aparece por arte de magia.


_ No lo entiendo, Puri, no lo entiendo_ entra la Sole, la vecina de enfrente, la del olfato. La tipa tiene un cuerpazo, treinta años, soltera, y tiene una agenda de teléfonos que la Cia quisiera, de tios a cada cúal más guapo y más cabrón


_ Me ha dejado, Francisco me ha dejado, Puri_ Llora con lágrimas de verdad, pero nunca le vi desganada, a cada lágrima, pilla un trozo de tortilla, sin decirme siquiera si puede cogerla, y la veo desaparecer y era la comida de mañana.


Retiro disimuladamente la tortilla cuando lleva ya casi la mitad devorada.


_Venga mujer, no te convenía, se le veía de lejos que sólo quería un polvo_ le digo, mientras preparo café.


_Si lo sé, pero y ahora... quién me va a querrer?_ ¡No me lo puedo creer, eso te lo dice una barbie mirándote a los ojos!


_Bueno, ya verás como en poco tiempo tienes a otro rendido a tus pies._ le digo para animarla


_ Es que no lo entiendo, Puri. Yo no soy como tú, me cuido, me entrego cuando tengo pareja, les doy mi amor... y me dejan!_ Será puta!!, pues no dice que no es como yo???, me miro y bueno, no soy Jenifer López, pero vamos.. que arregladita y relajada, aún podría romper algún corazón.


_ Venga, tómate el café, y no pienses más en él_ me muerdo la lengua, para no decirle cuatro cosas de las que después me arrepentiria.


_ Qué buena eres Puri, eres mi madre_ Si, si... mientras haga tortilla de patatas.


Cuando cierro la puerta detrás de ella, pienso... nunca me ha preguntado como me siento, qué me motiva, o qué pienso. Nunca ha pensado que yo podría tener una vida más allá de mi casa, mi hija y mi trabajo.


Me voy a la ducha, salgo y me maquillo,los labios bien rojos, los ojos con rimel y sombra de color dorado. Me dirijo al armario, lo abro y me pongo aquello que me compré el día que se fue Toribio por la puerta, y que nunca me he atrevido a ponerme para salir a la calle.


Un vestido negro, ceñido, corto y escotado más de espalda que de pechuguera, me calzo unas medias negras y me subo en unos tacones de 15 cm, lo adorno con un colgante de plata largo y unos pendientes a juego,lo perfumo con mi perfume preferido, me admiro en el espejo, y aunque nadie me quita los años... me gusto.


Voy al salón, y pongo música, esas canciones que nunca serán dedicadas a mi, pero que como es mi sueño, me lo dedica un hombre apuesto, que me invita a bailar y el picarón, me ha puesto la mano en el culo, y yo le miro de reojo, sin quitársela, y me arrimo más a él. Me susurra algo al oido, y nos dirgimos a la habitación...


Buenas noches, Puri.

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