martes, 18 de octubre de 2011

LEALTAD







Encañonó mi alma a cambio de su nombre, del nombre de mi amigo, y no lo dije.


Muchos dijeron que perdí, pero no es cierto. Todos supieron mucho de mi gesto, y pasó mucho tiempo.




Hay gente que asegura conocerme, y no me ha visto. Hay gente que imagina, que fabula, que miente


Hay personas imán y personas serpiente.


El resto de la vida que coloque, si puede en el lugar correcto cada cosa, a cada uno ahí donde se pone
La música final de retirada.




Muchos dijeron que perdí, pero no es cierto.


Porque aunque la bala hubiera sido a muerte, a muerte habría yo muerto callada. Para saberlo hay que estar en el límite, para el límite haber cruzado las batallas, pues ni una es estéril si se emprende desde el calor templado de la sangre, los de la sangre fría son los otros, los que dijeron que perdí camino a Itaca, los que jamás pensaron mi regreso


Pero he vuelto.




Medio mundo, cien lenguas, tantos giros, no me mató la bala ni me quedó metralla, pues no existen dolores sin consuelo

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