miércoles, 29 de febrero de 2012

Buenos Días, Buenas Noches







Buenos Días!, Buenas noches!


Hoy me apetece hablar de modales, de esos que nos enseñaron de pequeños y que hoy parece que se han perdido; En mi época de estudiante de primaria, podías escoger entre "Religión" o  "Etica y Educación Social", yo escogí la segunda.


Me parecía un poco bobo estudiar algo que era de lógica, como decir "Buenos Días", ceder el asiento a una persona mayor, no comer con los dedos las comidas de cubierto, o saber qué estaba permitido comer con los dedos. Pensaba que habían puesto como opción a Religión algo que aprendes desde la cuna y en casa, otra cosa era Ética que era más filosofía y que las clases eran muy amenas, haciendo debates de pros y contras de temas que eran atrevidos en aquella época como el aborto, la pena de muerte, la dignidad de la mujer o la sexualidad entre jóvenes.


Deberíamos plantearnos en casa y en las escuelas, volver a poner el curso de los buenos modales, porque ahora se saluda con un vocablo "ey!!" si tienes suerte, porque en ocasiones sin abrir la boca sale de lo profundo del estómago un "hum" en forma de saludo, ya no existen las "gracias" después de un detalle, es como mucho un alzamiento de hombros con una breve mueca de la boca.


Nadie cede el asiento en el metro o el autobús, ni siquiera en los asientos que ya están destinados y reservados para ellos, cuando entra un anciano todos bajan los ojos, miran a otro lado o se ponen a leer con mas interés el libro o periódico que llevan entre las manos.


Hoy fui en metro a un recado y estaba lleno, los asientos ocupados por hombres y mujeres de todas las edades, pero pasó algo especial, en los asientos reservados estaban sentados una mujer y su hijo de unos 8 años, al lado un señor de mi edad cincuentón, y seguido una señora de pelo cano. Entró un caballero con bastón, de edad indeterminada pero que pienso debería plantearse el salir siempre acompañado; Se situó delante de los asientos y reservados y..... Se levantó la señora de pelo cano para cederle el asiento!!, la señora con el niño siguieron jugando como si no fuera con ellos, y el cincuentón metió la nariz entre el libro.


No pude resistirme, me dirigí hacía la señora y el niño, y les comenté que los asientos eran reservados a personas mayores, embarazadas e impedidos y que cómo mínimo, el niño debía de ceder su asiento a la señora ya que antes no se habían ni molestado por el caballero.


Podéis suponer que no sólo no levantó al niño y mucho menos ella, me increpó que me metiera en mis cosas y que ellos habían pagado el billete incluso más caro. La señora me miró y me dijo, "no se moleste señora, estamos acostumbrados a que siempre estén ocupados los asientos reservados, y yo me bajo en dos paradas". Ahora se levanta el cincuentón, sin decir nada, se sitúa en la barra y sigue leyendo, la señora se sienta y da las gracias, no recibe respuesta.


La mujer siguió jugando , y yo me quedé pensando ¿quién debe educar al niño?, ¿qué ejemplo tiene a seguir aunque le den lecciones de urbanidad en el colegio?, ¿Cuando empezó a perderse el respeto y la educación?.


Pero viendo algunos programas de televisión, las actitudes de las madres que como la de hoy, no enseñan a sus hijos un mínimo de respeto, leyendo de continuo que el gobierno recorta en Educación y que los maestros pueden ser maltratados por padres y escolares sin que tenga consecuencias para los agresores, la falta de autoridad de padres y abuelos y la sociedad individualista que estamos creando , tenía ganas de deciros, Buenos Días, Buenas Noches.

martes, 28 de febrero de 2012

Secreto al mar





Los que nacimos junto al mar, difícilmente podremos alejarnos de él; Y yo soy de las personas que me gusta pasear al amanecer o al anochecer, y bañarme de noche cuando la luna pinta de plata las olas y dibuja un sendero de luz.


Y pueden pasar semanas sin que vaya a sentarme en su arena húmeda, pero se que está ahí, que no desaparecerá a pesar de ello, y que sentiré exactamente lo mismo al andar por la orilla, que el romper de las olas seguirán siendo respuestas a preguntas en silencio y la sensación de paz me inundará de la misma manera.


Puedo pasarme horas mirando como se esconde el sol mágicamente tras la línea del horizonte y a la vez en el lado opuesto aparecer la luna, como esos amores imposibles que se alejan para no teñir el cielo con el color de la desesperanza.


Me gusta hundir mis pies en la arena, escribir con ellos para seguidamente eliminarlo, secretos que se lleva cada grano y el rebufo de las olas y acabarán  dormidos con el plancton y las estrellas de mar.


Eso, tierra adentro, lo harán de otra manera estoy segura, pero yo necesito del Mar.


Y hay días, en que debo escribir sobre arena, sucesos que quisiera que el eco de las montañas repitieran una y otra vez, pero que el agua o el arrastre de mis pies, deben borrar, porque aún no toca cantar en libertad.


Es en esos días, cuando me ahogaría no poder ir a visitar la orilla de la playa, y escuchar de las olas las respuestas que calladamente, me responden; Se que los que nacieron junto al mar, entienden que hay secretos, que sólo a él le puedes contar.

lunes, 27 de febrero de 2012

El, mi Quijote





Todavía recuerdo el día que entró en la cafetería. 


Con su mostacho color nicotina, delgado como el Quijote, y con ese desparpajo que sólo alguien como él se lo puede permitir.

_Me han dicho que aquí se come bien_ así, sin decir ni buenos días_ pero dudo que los callos sean mejores que en Madrid, que los catalanes no sabéis de callos.

Una, que es muy borde cuando quiere, ese día me pilló a traspiés, y le dije que posiblemente tuviera razón, pero que si quería comer, podía sentarse en la mesa que estaba libre.

Así empezó una amistad que durará hasta la eternidad, pues nada separa a dos amigos mientras dure el recuerdo de tiempos vividos.

Solía pasar por la mañana a buscar su "mediana" y una pasta recién hecha de crema, y ya empezaba a contar historias que nunca sabias hasta el final, si la cosa era una broma o una lección de vida. Normalmente eran vivencias que sólo puede tener aquel que ha ido por el mundo con los ojos abiertos, el corazón puesto en su trabajo bien hecho y el señorío de las experiencias contraídas, y él, sabe beber de cada momento que le da la vida.

Y contaba como en países lejanos, a los que había tenido que ir a trabajar, se podía aprender a tener su rincón, sus momentos más especiales aunque fuera lejos de la familia.

Y aprendí con él, que hay veces que hay que morder todas las manzanas, y otras, que hay que dar la mitad y la otra mitad guardarla, pero que él, en una ocasión, poder con todas las manzanas estaba seguro que no podía, pero ya puestos, al menos morderlas todas si lo había hecho.

Como era del Madrid y me juró que nunca se había puesto un tanga, para su cumpleaños estando lejos de casa, le preparamos una fiesta con cordero y tarta, y de regalo, un babero del Barça y un tanga que juró no se pondría jamás!!!.

Me decía acertadamente, que había llegado dos años tarde..., pero no sabía él, que hay momentos en los que la vida te pone justo en el momento adecuado, para conocer a los que vale la pena contar como amigos, y que antes de entonces, no le hubiera conocido.

La noche antes de inagurar el edificio que le trajo a Barcelona, preparé pizzas por la noche, y a medida que iban saliendo, se quedaban en la terraza ya cerrada, sólo abierta para ellos... me dijo que era la primera vez que comía esa "porquería rica", y mientras cenábamos, iban y venías los chascarrillos, las historias y los chupitos. Alguna, que no era yo, terminó cantando.

Nos llevó a cenar varias veces, a mi hija y a mi, y decía orgulloso, "una de cada brazo, que sientan envidía los que nos miran, dos mujeres hermosas sólo para mi"; Un caballero de los que ya no quedan.

Ya no es la misma cafetería, ya no está llena de amigos que entran y salen y siempre reciben una sonrisa, no hay el olor de la bollería recién hecha, ni del cordero de los miércoles o las paellas de los jueves, ya no se ve la terraza llena un viernes para comer pulpo a la gallega, mientras me dice que se va a España, que regresa el lunes a la húmeda tierra barcelonesa, que le deja el cuerpo malo y tose cada vez que sube la cuesta. Pero cada vez que paso por la plaza de la cafetería, veo a mi amigo Augusto, con su bigote color nicotina, recto siempre, con el porte de Don Quijote, esperando a que cierre, que una señorita no debe estar sola para esa tarea.

Echo de menos esos días, no al amigo, al que siempre llevo dentro. El, mi Quijote.


sábado, 25 de febrero de 2012

Amarillos




Dice Albert Espinosa en su libro “El mon Groc”, ( El mundo amarillo), que todos tenemos un amarillo; Esa persona que un breve o largo espacio de tiempo es nuestro amarillo.

Pueden ser conocidos o desconocidos, hombre, mujer o niño, que llegan en el momento oportuno para darnos una lección de vida, esa que el recuerdo te lleva a su imagen y a su enseñanza. Difiero en que deben haber dormido y despertado junto a ti al menos una noche.

He tenido diferentes amarillos, mi hermano pequeño que me enseñó que la vida la tienes que beber a sorbos, saboreando cada minuto y luchando hasta el último suspiro. Este si durmió conmigo, y hubiera dado años de mi vida porque hubiera despertado aquel día.

Mi profesor más querido, Don Julio, que teorizó todas mis inquietudes, que no consiguió meterme las matemáticas por un embudo, pero siempre me animaba a escribir y cada vez exigía más. Me prometió que un día sería capaz de hacer llorar o reír, pensar o divagar, plasmar un sentimiento a través de las letras, y cada vez que me pongo delante de una página en blanco, le veo a él. Algún día, Don Julio, algún día…

Mi amiga de la infancia, la rubia peligrosa, la que sabía mis secretos y me contaba sus anhelos, con la que viví la mayor parte de la pubertad, y que el destino nos separó y nos volvió a unir, para seguir aprendiendo las dos con nuestros errores, nuestras pequeñas victorias, nuestras soledades, muletas de la vida para seguir creciendo.

Mi amante, hoy mi amigo, que me enseñó a desconfiar hasta de él, el daño que hace una mentira, el dolor que causa ir en contra de tus principios, lo divertido que puede ser el juego entre dos, el conocimiento de los cuerpos, propio y ajeno. La traición del amor y la lealtad de la amistad. El valor de una piruleta dejada en el parabrisas del coche.

Un “novio” australiano, o de Marte, que me enseña que “todo llegará a su debido tiempo”, la paciencia. Capaz de hacerme brillar los ojos con su sonrisa y de ilusionarme con la palabra. El que no recuerda, que una vez me dijo en el camino, que en la próxima fiesta, bailaría conmigo. Y espero que suene la música, para que me saque a la pista.

Amigos que me enseñaron que era un abrazo, que me tendieron la mano en los momentos oscuros de mi vida, que se convirtieron en mis caseros, que me hicieron reír hasta llorar, 
que me dieron todo a cambio de nada, pero que están siempre aunque a veces estén lejos, o yo despistada. El día a día.

Y mi más nuevo amarillo, que a través de su blog, cada día me enseña, que la vida se disfruta con un café, un croisant y una paella, conversar con diferente contertulianos virtuales o presenciales, sus nietos y su compañera de vida, que le arropa cada noche,  y de la suerte que cada uno de ellos le da al decirle buenos días, y la tristeza de los que pasan momentos apurados o enfermedades contra las que luchar. Compartir. Enrique.

Mis amarillos son muchos, y no dormí con todos. Espero en alguna ocasión, haber sido amarillo de algunos.

Yo me apunto










Probablemente hablo de utopía, y seguramente es  ir en contra de los avances aunque nos perjudiquen, es como poner de comer fabada a los cerdos.


Pero recordad por un momento, que años atrás, nuestras calles estaban repletas de tiendas y que las personas que regentaban esos establecimientos, conocían nuestros nombres, sabían del barrio y eran parte del barrio.

El mecánico conocía tu coche y te dejaba pagarlo a plazos, porque era un vecino más y te saludaba al pasar.

Cuantas veces me había enviado mi madre a comprar al spar del barrio una botella de aceite y un kilo de patatas y al pasar por caja decía: "me ha dicho mi mamá que lo apuntes en su cuenta".!!, Díselo eso ahora a un "Opencor"

La mercería, era como un ritual donde se juntaban las señoras a comprar hilos y pedir consejos para hacerse un vestido, o lana para un jersey, y de paso se echaban la tarde hasta ir a buscar a los niños al colegio.


La frutería, la carnicería, que te daba la receta del día y te comentaba que era más tierno, qué mejor para una buena olla de caldo, qué fruta era la del día y no de cámara.


La tienda de moda que te dejaba probar todo lo que quisieras y te decía, "¿te lo aparto?", y hacías tu armario poco a poco.


Aquellas bodegas, en las que comprabas el vino y el vermouth a granel, y de paso te tomabas unas aceitunas embarazadas de pimiento y los berberechos de una lata de kilo, con salsa de pimentón colorado

La tienda de electrodomésticos, la ferretería, el estanco...había de todo y a todos conocíamos por su nombre y él el nuestro y muchas veces, los secretos de cada familía.



Ahora, vamos a dar el dinero de nuestro esfuerzo a un mismo señor, el señor corty, el señor Midas, el señor gransuperficie...y ni siquiera conocen nuestro nombre, los dependientes son impersonales y no conocen el producto que venden aunque comisionen, Ya te puedes esforzar en saber la diferencia entre Siemens y Fagor, que lo único que saben es que cambian las letras y puede que el color.

Para probarte una pieza de ropa, te dan un llavero más grande que el bolso que pone las piezas con las que entras en el probador, nadie te aconseja si te queda bien o mal, y si tienes que arreglarlo de bajos, nadie sabe tomar las medidas, con lo que acabas pagando en otro sitio el arreglo que antes te hacían gratis ... o no, tomándote las medidas, mientras te decían amables aunque fuera mentira "te hace un culo perfecto!!!", o "menudo canalillo, vas a volver locos a todos los del barrio".

Salimos insatisfechos de nuestras compras, hartos de colas para pagar y al fin y al cabo, seguimos pagando a plazos pero con los intereses de una tarjeta con el nombre del establecimiento. 


Y hemos entre todos, destrozado al comercio de barrio, que hoy regentan orientales o Marroquíes, que son como poco, los que no duermen, no cierran y acudes cuando llega el domingo y no compraste aceite, o son horas ya de descanso y te acuerdas de que no compraste azúcar. Y nos permitimos, decir que "nos están quitando el pan". No lo quisimos!!

Ya han pasado las fiestas, ya hemos realizado la mayoría de las compras, pero... os habéis fijado que en los comercios de nuestros barrios, hay los mismos artículos, los mismos precios, y una persona que depende de nosotros para seguir teniendo un empleo?

Nosotros podemos cambiar el sistema, podemos hacer que vuelva una parte de lo que nos han robado en éstos últimos años, y hacer que nuestro barrio vuelva a tener vida, color, luz, alegría y que los puestos de trabajo sean de nuevo gracias a los que vivimos en él.

Si volviéramos a ser dueños de nuestra vida y economía, quizá, volveríamos a ser capaces de parar a los impositores, y quizá, volveríamos a saber decir NO, cuando un gobierno nos intenta canalizar.

 Yo me apunto.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Vive




No pienses más, no vale la pena.

Darle vueltas es perder el tiempo. Lo hecho, hecho está, no puede cambiarse.

Deja de pensar en el pasado, entiérralo en el suelo oscuro y húmedo para que se pudra allí. No tiene ningún derecho a mirarte a la cara y a escupirte tus errores.

No vuelvas a mirar a los ojos de todos los cretinos que pasaron por tu lado, esos son escoria, vomita su presencia, lejos, bien lejos.

Las trampas saltaron sin pillarte los dedos, todas, ganaste las batallas, asolaste todos y cada uno de los hogares de los traidores, no dejaste nada, se lo quitaste todo. No merecían vivir en ti.

Mira la luz, se valiente, sácale los ojos a ese gato negro que se afila las uñas en tu tejado, aráñale el orgullo, enséñale quien manda.

Llénate de fuerza para seguir gritando, algún día escucharán, si quieren, tus lamentos y girarán los ojos hacia ti para ver al animal que asoma en las madrugadas.

Crece, no dejes de sembrarte para renacer mil veces, fecúndate para parir un nuevo día donde no te hieran las palabras heladas, donde no haya dudas.

Machaca al dolor, ese bastardo que te azota la espalda cuando avanzas, pártele el alma con una risa arrancada directamente de las mismas tripas y que se joda una vez más, que contigo no puede y lo sabe.

Llora, pero de placer, como la hembra que se deshace bajo su macho ardiendo por los cuatro costados, sin barreras, derrí
balas a bocados.

Y cuando llegue la calma, mira de nuevo alrededor y lo verás. Sigue ahí. Déjalo que sea él quien se acerque, y entonces grita de nuevo por los dos.

martes, 21 de febrero de 2012

La caja



Me encontré paseando por la calle, una de esas nuevas tiendas de galletas, golosa que es una, no pude resistir el entrar y curiosear.

Miles de dulces galletas de todos los colores y sabores, haciendo castillos y montañas, de diferentes formas con caramelo por encima, azucares, mermeladas... deliciosas.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención, fueron las cajitas.

Cuando era pequeña, mi madre, tenía una caja que rellenaba una y otra vez con galletas, madalenas, o bollería; Esa caja era mágica, porque siempre que salía de su escondite. se nos abría bocas y ojos a todos los hermanos. Daba igual que fueran galletas "María", sabían mejor si salían de la caja decorada con motivos que aún recuerdo. Una niña comiendo gatetitas, con los mofletes regordetes y dos coletas con lazos rojos.

Cuando tuve mi propia casa, me compré varías cajas, pero no era "la caja", y acabaron llenas de fotos, de cartas que me enviaron, de postales de diferentes ciudades del mundo, de bolígrafos y de recuerdos.

Tengo un montón de ellas, todas llenas de cosas que quizá hace mucho debí tirar, pero que si guardé significa que me transportará el recuerdo a otra época, a otros años que buenos o malos, tuvieron ese momento para que acabaran en el mini baúl.

Pero hoy, después de nisecuantosaños....hay estaba, era la misma pero diferente, no era redonda y con la tapa con un pomo redondo que la abría, la de hoy era cuadrada, pero era la misma niña, el mismo color dorado envejecido, esas coletitas que le hacen la cara más infantil y los mofletes colorados.

Se me olvidó llenarla con las dulces tentaciones que habían en la tienda, sólo tenía ojos para la caja de mi niñez, y sin resistirme, pasé por caja y me llevé de la tienda...una caja de latón.

Y ahora la sigo mirando, y convirtiéndome en la niña que abría los ojos y la boca, esperando el merecido premio del contenido... sólo que está vacía, pero me da igual... soy feliz con mi hallazgo.


lunes, 20 de febrero de 2012

entre ángeles




En la noche, cuando llega la hora del crepúsculo,nos miran silenciosos los ojos del pasado y adoptan formas las nubes.

Nos cuenta el viento su historia entre cansados pasos de melancolía.
Se trepa la luna al cielo, lenta y perezosa, con su luz artificial.

La soledad llama entonces a nuestras puertas, y a nosotros, amantes furtivos de un sueño desgastado, se nos enredan las manos y las voces, y sin quererlo, hechizo irremediable, se besan nuestras almas.

Sedientos buscadores de esperanzas, noctámbulos de estrellas en los pies,
nos atrapa la angustia en su tela de araña, nos devoran los miedos y nos arde la piel.

El aire escapa a saltos de los trémulos pechos contraídos. Un sentir infinito en los brazos del tiempo, que se acaba y nos baja de la luna al suelo.

Nosotros, levitantes inconfesos de hermosos viajes al país del sueño,
saturados los rostros de mirarnos por dentro, entornados los ojos, callado el silencio.


Nos hemos tendido un puente. Nos hemos escrito un verso.

viernes, 17 de febrero de 2012

Cicatrices








He preparado una hoja de papel en blanco, quería escribir.

La miro bien, la aliso con la mano, una caricia sobre la nieve aparente de la superficie.

Y entonces las veo, finas líneas que dibujan millones de caminos como un mapa maldito que recorre toda la hoja.

Qué bien se pueden leer, parece que me gritan desde la mesa. Míranos. Recuerda.

Y las miro, entre curiosa y apenada, porque se que después de sumergirme en su lectura ya no voy a ser la misma de hace un rato. O si…

Me encuentro con Nico, con su pelo negro y sus ojos de caramelo, las primeras noches en vela lanzándole a la luna orgasmos desmedidos, palabras de amor, promesas de azúcar que el viento se encargó de llevarse. Me veo de pie en aquella curva del Garraf por donde su moto hizo un salto mortal como no se ha visto en ningunas olimpiadas. Perfecto, una curva sobre el agua, luego el silencio. Mis lágrimas, unas flores y el tiempo que nunca se ha detenido. La lluvia ya no llora sobre su chupa de cuero. Yo, a veces si.

Hay otra línea preciosa, llena de curvas, como rosas blancas de ramo de novia, esa que fuí una vez, entrando en aquella pequeña iglesia  del brazo de mi padre. Los ojos de Ricardo, esperándome en la distancia, su mano en la mía poniéndome un aro de oro en el dedo, …ese mismo aro que duerme ahora para no despertar ningún dolor de un día blanco y lejano. Cuanta ilusión.

Mi dedo sigue otra de las pequeñas carreteras sobre el papel, esta es muy profunda, me duele solo con rozarla, pero mi hermano  me calma, me dice que fue muy rápido, y que le gustó mucho el viaje que la noche anterior le relaté, que se fue tranquilo porque mis besos lo ayudaron a dormirse, que escuchó todos los te quiero con los que lo arropé para su viaje. Que estaba preciosa vestida de negro, serena, ausente entre todos los sollozos, que fui su guerrera favorita con el alma en pie y aquella rosa blanca que le regalé antes de irse. Te añoro siempre.

Paisajes diminutos que me van alejando de los sueños, que me enseñan todas las renuncias.

Y aparece papá, que me dice que nunca quiso hacerme daño, que agradece mi rebeldía y la no obediencia para que dejara de estudiar y fuera una mujer como debe ser, de casa, de labores, de sumisión al marido, lo siente, no supo hacer más, y yo le perdono. Y la ventana se abre entra suave como una brisa de madrugada, y corremos juntos como dos duendes del bosque, y mi risa le hace feliz. Lo sé.

Una lágrima que asoma en una esquina, casi me da miedo tocarla por si el papel se funde con ella. Unos ojos hermosos, muy abiertos, intentando comprender porque ahora papá ya no va a vivir más en casa, si aún nos queremos todos como en los cuentos de princesas.

Pero la vida, amor mío, también es como un cuento, solo que las princesas no siempre viajan con el príncipe, algunas viajamos solas, con nuestros niños. A veces es más bonita una casa en el bosque que un castillo lleno de puertas cerradas, con pasillos fríos alfombrados de soledad. No llores, princesa, que los dragones nunca llegarán a tu reino. Te lo prometo.

Dios mío, mi error más secreto, el ilusionarme de nuevo con alguien que no merece ni escribir su nombre, las noches de soledad más profunda, de lágrimas de sangre, de tanta mentira y tanto dolor, y siendo la que menos podía pedir, hablar, decir. El silencio de los meses más amargos, la súplica de amor, la renuncia de mis principios a favor de la mentira vivida.

Y mí hoy, tan incierto como ayer, tan lleno de cicatrices que se muestran a través de cada poro de mi piel, incapaz de mostrar, de dar, de sentir sin barreras. Apartándome de cada reto que suponga una nueva ilusión porque sé que me va a quemar como el hielo, como el fuego. Desconfiada de cada palabra, Egoísta e incapaz de tener fe, cuestionándome cada paso que alguien da para acercarse.

He doblado la hoja, voy a guardarla en un cajón, quizás si escribo sobre ella emborronaría algunos recuerdos, esas cicatrices…

jueves, 16 de febrero de 2012

Sin huevos



No entiendo muy bien lo querer mucho pero no tanto, me pierdo.ese día debí faltar a clase.


Existen dos clases de mujeres, las que antes de hacer nada hablamos, preguntamos hasta la saciedad y nos ponemos pesadas que te cagas, y las que aparentemente son bobas, pero que atan de tal manera cualquier cosa que a veces se hace imposible salir de la red que han tejido.


Yo soy de las primeras. Una que es muy clarita para lo suyo, nunca empieza nada que no se le de pie para ello, y aún así como soy cortita de entendederas, pregunto abiertamente qué se requiere de mi persona y doy amplias opciones para antes de empezar nada, sea trabajo, amor o bricolaje, tengo entendido que es frecuente en las mujeres.


La mayoría de mis amigas, son de la clase uno, no soporto a la clase dos ,con lo cual tengo una o dos personas a mi alrededor que son de las obsesivas impenitentes que una vez atan al perro con morcilla, dejan la cuerda para seguir atándolo.


Es fácil pensar entonces, que la mayoría de las mujeres que conozco y yo misma, no deberíamos tener problemas de entendimiento con aquello que iniciáramos.


Error, nos faltaba la cuestión hombre.


Para todo aquello que se inicia, siempre hay un hombre por medio, amigo, jefe, amante, colaborador o ayudante de bricolaje, y ahí empieza el terror de las manipulaciones.


Como ésto lo puede leer mi jefe, no voy hablar de trabajo, siendo posible que alguna vez necesite un ayudante de bricolaje, no voy hablar de electricidad, pensando que a los amigos suelo ser bastante cortante en mis respuestas cuando no hablamos el mismo idioma, tampoco hablaré de amistad.


Queda entonces el tema de las relaciones personales, mal llamadas amor.


Hoy está de moda la relación de folla-amigos, fea palabra, o con "derecho a roce", pero nadie es capaz de proponerlo directamente. Es mucho más bonito seducir, cazar, buscar el punto débil y cuando se ha conseguido, decir las palabras mágicas, "no estoy preparado, te quiero mucho pero no para tanto, pero no quiero perderte como amiga y ( ahora sí, ahora es el momento oportuno de soltar la modernidad), me gustaría seguir siéndolo y si es con sexo, mucho mejor, pero entenderé que sea que no".


Ole, ole, la seguridad masculina!!!.


Amistad con roce, es no pagar para acostarse con una mujer? Folla amigos, es descargar la pluma con la seguridad de que no se pillará una enfermedad de  transmisión sexual por tener confianza entre ambos? Pues no hay pocos papilomas humanos por ahí rondando, gracias a esas actividades tan modernas!!!


Se han pensado algunos hombres, que son nuestra última opción?, Que no hay nadie esperando que dejemos a esos impresentables para sonreír junto a nosotras?, Que no llorarán después, cuando necesiten que alguien les quiera?.


Me comentaba hace años un amigo, sin derecho a roce, que los hombres siempre van a necesitar el ego de sentir la sangre de la pieza conquistada, que algo ancestral, de genes.


 Osea la famosa xx es lo que nos separa en entendimiento, el cromosoma ...ahí empezamos la descarga de culpabilidad, el culpable de verdad, el que miente, o no es claro, el que tiene que seducir primero para luego decirte que necesita espacio, tiempo, replantearse la vida o lamerse el rabo, es el cromosoma XX, y nosotras, desagradecidas, tenemos la poca vergüenza de pensar mal del sexo masculino.


No se debe, y digo debe, porque poder se puede a la vista está, jugar con los sentimientos. Si no existen, no decirlo es suficiente. Si no se puede, no empezar es lo mejor. Si no se está preparado, antes prepararse.Es muy fácil traspasar el sentimiento de culpa al otro, y dejar la pelota en la azotea del que no empezó el juego.


Estoy enfadada, es cierto, y ésta vez no escribo con paradojas. Hay un entendimiento de axioma y de paradigma radicalmente distinto según quién hable: un científico o uno de letras, un hombre o una mujer.


Mi cabreo no va conmigo, Va con el apoyo a todas las mujeres que diariamente me cuentan la misma historia...¿recordáis el blog de códigos, esos que se deben pasar en la nursería  y que la misma respuesta es escuchada en diferentes casos de mujeres estén en Finlandia, España o Brasil?.


Y existen hombres normales, me dirá alguno, que es consecuente con lo que dice y actúa, y habrán mujeres dispuestas a pescar, lo nuestro no es cazar, nosotras ponemos el anzuelo y tiramos de él, sin sangre es menos evidente el destrozo ocasionado, no lo dudo, las excepciones siempre existen, aunque no me halla encontrado aún la muestra del botón.


Parece ser, que cuando uno se da cuenta de que alcanzó el éxito con la pieza, es el momento de retroceder, y de alejarse, del mutismo y la desaparición, para cuando lo creen conveniente, aparecer y decir las frases del código.


No debería ser, a nuestra edad, tan difícil comunicarnos con claridad, respeto, y sinceridad, encontraríamos mucha paz, más personas que aceptan lo que se les pide y menos dolor cuando te enfrentas a una realidad disfrazada. Pero es más emocionante seguir con la escopeta cargada, la veda abierta y las emociones escondidas, sin saber diferenciar amistad de amor, prometiendo lo que no se tiene y dando al final la estocada del desprecio.


Y luego dicen, que no sabemos ser amigas, recuerdo una frase que en su momento merecía una ola.. de bofetadas, claro..."Ay las mujeres, ni contigo ni sin tí". Si en ese momento, dijéramos ... definitivamente sin tí, seguramente nos ahorraríamos parte de las frases que seguirán.


Y hoy, no hay huevos que decoren el blog, porque ya hay muchos huevos puestos entre líneas.

martes, 14 de febrero de 2012

Soñemos




Soñemos. Imagina conmigo. Quieres?


Saldré a la calle, caliente bajo un sol de primavera en uno de esos días luminosos de mi pueblo. Con un azul hiriente, vibrante, acompañando a un aire lo suficientemente fresco como para sentir la comodidad de mi chaqueta… calor.


Levantaré la cabeza, vista al frente, como cada día y me encontraré rostros sonrientes, amables, refugiados en el anonimato de la masa, con ojos que miran sin miedo, sin rencor, sin mentira.


Pararé, sin prisas… Calma a contemplar los juegos de los niños en un parque. No habrá hienas acechando los movimientos de la inocencia. Ni cazadores apostados para cobrar nuevas piezas… Paz.


Disfrutaré del ruido, del bullicio, de la vida, sin sentir que el corazón se me muere por estar lejos de ti. Tan lejos y tan cerca, tan cerca y tan lejos. Latiré con el pulso de mis recuerdos… sin dolor Porque al fin comprenderé que cada día que pasa es un día más cerca.


No habrá recuerdos negros, agazapados entre las líneas de mis pensamientos, no habrá penitencias que pagar, intereses de años pasados que se cobran horas enteras de mi futuro… Libertad.


Me esperaré sentada, como siempre, en el rincón de nuestro café para acompañarme a casa. Mi vida, tu morada y la tuya, mi refugio.
Yo encargada de las cosas importantes. El de las que tienen importancia. En medio ese trozo vivo de nuestro amor, que se encarga de atarnos a lo terrenal y de darnos el pulso que nos hace… Vivir.


Así quiero yo un mañana. Para mí casi imposible… O no?


No pidas consuelo.
Solo vive!

lunes, 13 de febrero de 2012

El pianista



De un buen amigo Lino, que sabe escribir como los ángeles

El pianista

Hace ya mucho tiempo, cuando uno frecuentaba los bares para estudiantes de Bellaterra, una amiga me contó una historia muy interesante, una fantasía, una confidencia, un regalo de la vida.

Me explicó una tarde de campana, en una conversación iluminada por las estrellas -cuatro o cinco- que su hombre ideal debía ser... pianista.

-Ni bueno ni malo, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo, ni fuerte ni tierno…, sólo pianista.

Me quedé muy sorprendido y, curioso e inexperto, la interrogué como si me fuera el futuro en ello.

¿Qué es lo que tiene un pianista?, pregunté.

-Tiene la habilidad de relajarme, de llevarme al cielo, de erizarme el vello, de ponerme la piel de gallina y luego suavizarla como si fuera de seda, de poseerme con las notas que llenan mi cerebro… todo cuando con sus dedos toca armoniosamente la tecla exacta.

¿Cómo sabe el pianista que tecla ha de tocar?, insistí convencido de que me iba a revelar un gran secreto.

-Si es experto, conocerá algunas canciones y me dejaré llevar una y otra vez hasta acabar con su repertorio musical. Si no, le haré saber, inspirando profundamente, que ha tocado las notas certeras y que deseo que repita esa combinación con intensidad. Lo notará porque los poros de mi piel se abren y la piel emana un calor inconfundible cuando algo me gusta con mucha intensidad.

Sorprendido ante tales afirmaciones, me perdí en lo que ya era una entrevista.

¿Cómo son las manos de un pianista?, la interrogué excitado.

-No es lo más importante. El tamaño de los dedos o el volumen de su mano no es lo que hace que una canción sea excitante y te permita evadirte. El placer llega cuando los dedos tocan con suavidad unas veces, con intensidad otras, la tecla que tiene la nota que te hace desear la siguiente. Esa que más que escucharla, la sientes. La que disfrutas como si te estuviera acariciando con sensibilidad, repetidamente y casi sin fin, llegando a tu alma, tu piel, tu mente… Haciendo que ya no seas tú y que todo lo que eres emane de ti para fundirte con él.

No pude evitar preguntarle: ¿qué debe saber un pianista para tocar una canción que te “pierda”?

-Debe llevarme al cielo haciendo música, tocando sin prisas, demostrando seguridad, presionando y acariciando una y otra vez con diferentes ritmos, jugar con los dedos haciendo incluso círculos con sus yemas sobre las teclas con las notas más intensas… y que a la vez esté en armonía conmigo, su público más entregado.

Finalicé el cuestionario, hambriento de una respuesta que podría cambiar mi vida, susurrándole al oído: ¿Puedo ser yo tu pianista?

-Sólo si consigues que cierre los ojos cuando empiece la canción…



                                                                                            LINO

El cielo






Está encima de nosotros todo el tiempo, nos rodea y nos cubre.



Hay días que alzamos la vista y nos parece un gran presagio, porque su color es agradable, no hay nubes a la vista, todo está claro y el sol le da luna luz especial.
Esos días en que todo parece posible, en los que nos llena de energía para abordar la vida con una sonrisa, con fuerza.

Otras veces el gris lo cubre todo, ese gris que no es marengo, que es un gris sucio como el desprecio, húmedo como las lágrimas, oscuro como el egoísmo, triste como el dolor.
Esos dias en que uno se siente cansado de que nada sea como debe ser, en que se hace mil preguntas que no tienen mas respuesta que comprender que la única respuesta posible es no hacerse esas preguntas.

El cielo cambia, como cambian los sueños, todos son distintos, todos son posibles, nunca se repiten, van pintándonos paisajes diferentes a lo largo de los días, de la vida...

Hay atardeceres rojos que no terminan de romperse, que sangran su pena entre lamentos que desparraman reflejos dorados en nuestros pies, como puro fuego.
Y otros tintados de púrpura, jugando entre las nubes al desconcierto, vestidos de mujer preparada para una lucha a muerte con su amante, que van lanzándose a la noche sin mirar atrás.

La luna se asoma, dama blanca poderosa, con su luz que nos ciega el olvido y nos hechiza de tormento, tan hermosa, tan fría. La dueña de todas las mareas, la que nos mece en sus brazos para lanzarnos al infinito como el mar estrella el agua contra los escollos.

Hay cielos estrellados en las noches de esa luna, con miles de destellos salpicando un fondo oscuro, negro, como el deseo, profundo como los sentimientos.
De vez en cuando cae una estrella, dibujando un camino que los ojos persiguen, otras veces hay un rastro encendido que nos deslumbra, como un cometa en el que se pierde nuestra mirada mas allá de todo pensamiento, y en ese solo vemos lo hermoso de su trayectoria, brillante, fuerte, arrasador, sin pensar en que, como las demás estrellas, termina cayendo, y destroza todo lo que se cruza en su camino. Es su naturaleza, nace para morir, pero matando.

Quedan millones de estrellas parpadeando sobre el gran lienzo de terciopelo que nos cubre, las nubes vienen y se van, como las tormentas cuando amenazan con ahogarnos todas las emociones. Llegan, nos empapan, nos arrollan, pero luego la calma se las lleva lejos.

Y de nuevo el sol toma la vida al asalto y nos calienta el alma herida, dueño y señor del firmamento cuando la luna le deja volver.

viernes, 10 de febrero de 2012

Seda o esparto





Me gusta cuando un amigo mío, me habla de aquella chica que conoció, a la que se le veía una simple tira del sujetador, y se le ponen esos ojitos de niño malo, y le aflora ls sonrisa golfa.


Algunas veces, es el sueño que tuvo con una mujer, que vió en el metro y llevaba una minifalda que le cortó la respiración durante unos minutos.


Me pregunta muchas veces, porqué las mujeres no le damos importancia a esos pequeños detalles de seducción, un tirante que se aprecia de un sujetador sexy, una minifalda llevada con tacones y con elegancia, un escote que deja entrever menos de lo que imagina el que lo ve.


En algunas de las reuniones femeninas, nos encontramos hablando de que vamos a tener una cita... y nos preparamos, nos compramos esa ropa interior que pensamos le va a provocar, pensamos en cómo vamos a vestirnos, y acudimos a la peluquería, como si fuera la primera vez que entramos en el establecimiento, y además... nos depilamos y lo confesamos.


Es decir, intentamos agradar ese día a alguien que nos atrae, vamos a provocar tener esa noche de pasión. Utilizar la calidez de las prendas que mostraremos con picardía y coquetería,  ¿y después?


Cuando ya han pasado unos meses, cuando la relación ya está más consolidada...¿bajamos la guardia?, dejamos de ponernos aquello que sabemos que le atrae? o quizá,  ¿ellos no le dan valor a éstas cosas, y les da igual que usemos prendas sexys o de esparto ¿, porque como dice algún bruto... "pa qué gastarse dinero, si lo voy a quitar entero".


Yo como mujer, me gusta el hombre que regala ropa interior a su pareja, que le gusta quitarle cada prenda sensualmente, y también vestirla. Y también me fijo, en el tipo de ropa interior que usa.


Si pensamos en lo que hicimos en otras relaciones, en las cosas que pudimos fallar una vez se acabó todo, si de verdad hemos reflexionado, y todos coincidimos, que la rutina empezó por el sexo. Una vez que no se prepara la ocasión con el detalle y el mimo que los hicimos la primera vez, les estamos restando importancia a los deseos propios y ajenos.
Ya tenemos los problemas económicos, el stress del trabajo, las complicaciones diarias con los hijos, los amigos y los familiares, no se acabará aunque queramos los conflictos de convivencia, pero si le damos la importancia a la cita a pesar del conocimiento mutuo, si nos tomamos ese tiempo en nosotros, y de una cena con bocadillos, la acompañamos con un vino, unas velas, música de fondo y ropa interior sexy, estamos haciendo de la relación diaria, momentos inolvidables.
Y la pregunta es; A día de hoy, ¿seda o esparto?, Yo sigo con mis bodys  con media y liguero, tacón de aguja y un vestido que deje soñar lo que hay debajo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Seguimos en par








No aprendemos ni a la de tres, o mejor dicho, no aprendo, si, mejor en singular.


Nos dejamos llevar por la vida, a la mínima ocasión, correteando insensatos por caminos de momentánea felicidad. Engañándonos, olvidando, siempre.


Siempre pensando que el amor actual, que la compañía del momento, que el éxito profesional, que el sol, que la luz, cualquier cosa, por buenos que sean, no son más que sustitutos forzados, extras ocasionales que ocupan las lagunas que escondemos debajo de la alfombra de nuestra vida.


Sólo es necesaria una llamada telefónica, tres minutos y cuarenta segundos exactos, para que la realidad te ponga en tu sitio con un buen jarro de agua fría.


Una llamada de la única persona que importa, del centro absoluto de mi vida, de quien debería ocupar cada uno de mis pensamientos y de mis actos. Una llamada que me recuerda que somos unos desgraciados que imponemos daños colaterales a quienes no tienen posibilidad de decidir, defenderse y, en muchos casos, exponer o explicar sus sentimientos de forma que alivie su dolor.


Pero la que  está a éste lado del teclado necesita, de tanto en tanto, estas sobredosis de realidad, fría, húmeda y dolorosa para poner las cosas en su sitio, establecer un orden lógico de actuación y procurar que cada llamada sea solamente motivo de alegría y felicidad. 


Seguimos en par. 


Y con el alma rajada. Para que variar

sábado, 4 de febrero de 2012

El vuelo de los sentidos




El vuelo de los sentidos, las alas de la mente, no tienen límites.

Cuando has volado, cuando has probado el sabor del aire encendido de emociones y la pasión ha arrasado tus alas con fuego, ya no puedes volver a escuchar el susurro del viento sin quemarte.

No hay frontera que pueda soportar la ausencia, el frío, necesitas derribar los muros a golpe de miradas, levantar las manos hacia todos los miedos y traspasarlos sin mirar atrás, las palabras, las lágrimas, pierden todo su valor para convertirse en alas nuevas que te permiten ser libre.

No sufres. Renaces y sueñas nuevas realidades que te elevan hasta el final de todos los deseos. No importan las palabras, esos mensajes que van llegando como avisos, importa vivir las emociones, dejar que lo que dicen los ojos y las manos escriba su historia sobre la piel.

El tiempo desaparece, carece de sentido, no hay días ni noches, hay momentos, pinceladas tibias en un lienzo tejido de recuerdos, un bocado sabroso, un trago dulce, las copas vacías dando testimonio de un brindis auténtico.

Cuando se ha respirado el mismo aire, cuando se han entrelazado las miradas y las manos se han fundido bajo el incendio de la misma luna ya no hay nada que aclarar con los sentidos, nos traen y nos llevan con la certeza de que se ha vivido algo importante.

Es lo que es, pero no por ello menos intenso. No es un sueño, es lo que es, pero aún así sin nombre existe y es verdadero, llegue donde llegue, está ahí.

No se puede pretender congelar el vuelo de la mente, de los sentidos. Soy fuego, no quiero que me llenen las alas de hielo después de haber ardido, que congelen mi alma porque no quieren ver en libertad a mi corazón. Puedo volar sin dejar de tener los pies en la tierra, podemos volar juntos solo por el placer de volar. Es posible, no hace falta renunciar a ello, ni por orgullo ni por miedo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Paraíso






Como todos. Más o menos, verdad colega??


A estas alturas de la película una ya sabe que el mayordomo no es el malo, que la buenorra de tetas grandes termina palmando y que el canijo carapapa es el que salva el mundo. O sea, lo de siempre.


-Que no?


-No me lo creo. Pero que me estás contando!


No me digas que la vida, esta puta y bendita vida, no te ha sobado el morro, curtido la cara a ostias y puesto todas las zancadillas que ha podido. Pero si es lo normal, ley de vida! O es que has estado hasta hace poco en el mundo de yupi??




Yo, como buena perdedora, me he comido las mías y las del Inglés. Unas veces porque me tocaba -era lo suyo, vamos- y otras porque siempre he sido inoportuna para eso de recibir. Qué se le va a hacer. Otros tienen peor suerte. En el fondo no me quejo.


Pero pensando -aún a riesgo de mi salud- me he percatado de que me he equivocado mirando horizontes que quedan demasiado lejos. Líneas lejanas de trazo oscuro.
Y he descuidado la belleza de lo cercano. La luz.


Esa luz que encuentro ahora en mis pequeños Paraísos. Surgen en cualquier momento.


-Pero no me digas que no!!


-Que sí, cohona, que sí!!


Que tenemos Paraísos Particulares en cada bocanada que te llena los pulmones. En cada chorro de sangre que te corre el corazón marcando otro latido.


Con la sonrisa que te atraviesa desde ese metro diez que es toda tu vida... Y creciendo!


Con la llamada del amigo. Ni buenas ni malas noticias. Solo por saber que tal estás. Con un par.


Con un capricho tan tonto como comprar Foie y metérselo a un buen penco de carne  por que sí, por las buenas, al natural.


Y que me dices de esa respiración que te acompaña una madrugada cualquiera, todavía con su sabor en la boca.
El tatuaje de sus manos... sin marcas, por favor.
La risa por el pasillo, la sorpresa ante un monólogo de Don Simemiras Tesepulto


El olor que te llevas tras el abrazo y que duerme de cualquier manera en el armario... como una llamarada tras la puerta.


Una música árabe, en el recuerdo, allá en lo alto... esos recuerdos que son ángel y demonio.


En fin, que para que te empeñas, colega, buscando las grandes cosas cuando las pequeñas son tan y tan buenas.


Que no te ciegues buscando, que seguro que si abres los ojos, lo tienes cerca.


Que te dejes ya de rencores, de mala baba, de tiempo perdido en los "si Hubiera" o en los "porqués"


Que la vida sigue, que no se para y qué, para bien o para mal, lo que se pasa ahí se queda y te lo has perdido.


Así que, después de este  sermón, si puedes aprende, yo estoy en ello.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Diva










Diva.Como ella sola.

No sale a la calle sin haber pasado por la ducha, el cabello perfecto, la piel divina. Maquillada sin excesos. Su perfume. Disfruta.

Viste de negro. Es su color. Su fondo de armario es el que tiene que ser. Ni una prenda sin una utilidad concreta. Le encantan los tacones, las botas y los zapatos con punta infinita.

Nadie sabe lo que piensa en realidad porque es muchas en una sola, pero ella misma siempre. Su boca sonríe en un mohín coqueto, su mirada se clava. Observadora.

Es fría como el hielo. Pero por dentro lleva un mundo que arde. Su humor es ácido, incisiva, divertida, mordaz. Se explaya en sus emociones, profundas como esos mares helados que a veces calienta con su veneno.

Es una diva. Puta en la cama. Señora en la calle. Hembra.

La música la transporta. Canta a solas, baila con el aire mientras imagina sombras en la pared.

Camina erguida, orgullosa de su porte. Se conoce muy bien. Sus pasos son largos, seguros, felinos. Divina como ella sola.

Quiere y se deja querer, libre como el viento. Va y viene, pero su presencia permanece. Está ahí siempre.

No tiene edad. Evoluciona con el paso de los días, pero conserva su juventud en un frasco invisible, bajo siete llaves. Siete candados.

Algún día aprenderá a contar estrellas, de momento las mira de reojo para no deslumbrarse. Prefiere ver la luna.

La diva. La vida.

24 horas




Cada mañana abre de nuevo la ilusión, José se pone su bata y empieza a trastear en la pequeña tienda en la que vió crecer a sus hijos; Coloca mercancía, limpia estanterías y se hace un café el primero de la mañana.


A mediodia, pasará uno de sus hijos a traerle un "tupper", que comerá calentando antes en el "micro", y si le dejan los clientes, que no siempre es posible, comerá sentado, o como casi cada día, al principio templado y al final frío, se tomará otro café y verá pasar la tarde sin pena ni gloría, porque sólo se acumula personal a la hora de cerrar.


Hoy lee en el periódico, la gran idea del Gobierno, y mira su tienda y no piensa,¿para qué?. Recuerda cuando unos años atrás, por aquellos 90, le pusieron un SEVEN7, abierto las 24h y él se asustó pensando que nadie querría ir ya a su colmado, pero no fue así, dos años más tarde, el que cerró fue el nuevo.


Y José piensa que, ¿quién quiere ir hacer la compra a las 4 de la madrugada?, y lo normal sería que nadie, pero tampoco es cierto, pues hay mucho personal que trabaja de noche,  e insomnes como yo...




Los que se relamen los bigotes, son los grandes centros comerciales, que estaban ya pensando que Paquita y Loli, deberían de tomarse unas vacaciones pagadas en el Imen, hasta que llegue el verano y con el espabile de los veraneantes volverlas a contratar... ahora les propondrán la gran suerte que ha tenido, que podrán tener un horario de 12 de la noche a las 8 de la mañana, eso sí, se espera de ellas que las cifras de ventas sean tales o cuales para compensar el gran esfuerzo de la empresa, o sintiéndolo mucho, no recibirán la parte de comisiones que se estipulan en el contrato, qué alegría que alborozo!!.


Rufino, un delincuente del tres al cuarto, que conoce todas las comisarias y juzgados, y trata de tú al juez de guardia de turno, se frota las manos, unos cuantos comerciantes bobos intentarán plantar cara a los grandes, y el estará allí, esperando que el sueño los venza y la caja esté al menos con 50 euros, y nadie en la calle, todos en casa calientes y durmiendo, o en los grandes almacenes.

Carmen, que pensó que poner un pequeño negocio con un alquiler altísimo dentro de un centro comercial, haría más seguro su negocio por la afluencia de personal, con una dependienta a sueldo, sobrevive a duras penas, hay meses que la empleada gana más que ella, y ahora le da vueltas a cómo afrontar el nuevo reto, si contrata a otra persona, le obliga a ella a tener jornadas más largas, hay que hacer cajas y cambios de productos y precios, hay que enseñar a la nueva y darle más ilusión a la de siempre, que se ha acomodado y ya no lucha tanto una pequeña comisión de venta... y piensa qué pasará si sus beneficios se marchan con las 2 empleadas y el alquiler, y el IVA y el venía, el impuesto sociedades y la renta, el IRPF y los módulos que los parió...y pone un cartel de traspaso, que sabe se lo tendrá que comer, porque hoy, hay locales a cientos esperando dueño sin pagar al anterior su esfuerzo.


Y mientras unos se relamen sus bigotes, y otros hacen harapos sus vestiduras para poder seguir sobreviviendo, nuestros gobernantes, juegan con las piezas del ajedrez humano y deciden sin pensarlo mucho, como sacrificar a los peones para proteger su torre.