jueves, 27 de diciembre de 2012

Un año más





Uno escribe el mismo día y parece que todo será igual. Pero no. Un año antes si hubiera escrito una monotonía de estado, hubiera cantado a la libertad  al envejecer con dignidad, al amor filial, a la amistad con mayúsculas, esa rara avis que muchos pronuncian alegremente y que es tan dificil encontrar , tanto como el amor.

Vértigo. Te falta el aire y sientes que pierdes el sentido, tan arriba como te elevan, y todo es nuevo, y extraño. Pero te sientes bien. sólo vértigo.

Mágico, te responden a tus anhelos, comparten sus decisiones, te piden abrazos y besos, y la vida sigue igual de dura, insolidaria y candente, pero es más fácil sortear todas las pruebas con tu mano. Caminar juntos es pura magía sin trampa, mirando de frente las mil dificultades y responder al unisono, que saldremos porque estamos juntos, sin titubeos.

Miedo, un demonio que continuamente se acerca por las noches, te dice al oido que es un sueño y que despertarás entre sábanas gélidas y amaneceres llenos de tormentas, que nada dura para siempre y es una quimera. Pero noto la calidez en las noches, y un abrazo que deshace a Lucifer.

51, debía ser porque a los 15 nos dejamos de ver.

Y cometeré errores, y los cometerán, pero empiezo de nuevo a creer que la vida está para ser disfrutada , los cuerpos para amar y los sentimientos para compartirlos. Gracias a tí y a pesar de tus frenos, poner la marcha adecuada para andar.

Un años lleno de novedades que veo desde la cima, con la templanza que dá el haberlos pasado y con el vértigo que te produce mirar el futuro, pero con la tranquilidad que me dá ir cogida de tu mano.

No hubo un ayer porque éramos demasiado niños, y teníamos que aprender que nada iba a ir bien, hasta estar juntos. Ahora, consigamos que el mañana sea plácido y sereno, viviendo lo que nos toque, a cada momento.

Un año más, si, pero un año intenso, como deseo que sean todos los que me queden junto a ti.Mágico.


sábado, 20 de octubre de 2012

EL HUEVO ( the egg por Ezequiel Aranda )




The Egg
By: Andy Weir
Translation: Ezequiel Aranda

Ibas camino a tu casa cuando falleciste.
Fue un accidente de tránsito. Nada extraordinario, pero sin embargo fatal. Dejaste atrás una esposa y dos hijos. Fue una muerte indolora. Los paramédicos dieron todo de si para salvarte, pero no hubo caso. Tu cuerpo estaba tan destrozado, que hasta fue mejor así, créeme.
Y fue entonces que nos encontramos.
“¿Qué… Qué pasó?” Preguntaste. “¿Dónde estoy?”
“Moriste”, respondí con naturalidad. No tenía sentido medir mis palabras.
“Había… un camión y estaba derrapando…”
“Sip”, dije.
“Yo… ¿Morí?”.
“Sip. Pero no te sientas mal al respecto. Todos mueren”.
Miraste alrededor. No había nada. Solo tu y yo. “¿Qué es este lugar?” Preguntaste. ¿Es el más allá?
“Más o menos”.
“¿Usted es Dios?”
“Si, soy Dios”.
“Mis hijos… mi esposa”. Preguntaste.
“¿Qué hay con ellos?”
“¿Estarán bien?”
“Eso me gusta. Acabas de morir y tu principal preocupación es tu familia. Eso es muy bueno”.
Me miraste con fascinación. Para ti, no me veía como Dios. Sólo me veía como un tipo común. O posiblemente una mujer. Una vaga figura de autoridad, quizás. Más como una maestra de gramática, que como el Todopoderoso.
“No te preocupes. Ellos estarán bien. Tus hijos te recordarán como alguien perfecto en todo aspecto. No tuvieron tiempo para llegar a despreciarte por algo en particular. Tu esposa llorará por fuera, pero sentirá alivio por dentro. A decir verdad, tu matrimonio se estaba cayendo en pedazos. Si te sirve de consuelo, se sentirá culpable al sentir alivio”.
“Oh”, dijiste. “Entonces, ¿Qué pasa ahora? ¿Me voy al Cielo, o al Infierno, o algo así?
“Ninguno. Serás reencarnado”.
“Ah, entonces los hindúes tenían razón”.
“Todas las religiones están en lo cierto, a su manera”, contesté. “Camina conmigo”.
Me seguiste mientras cruzábamos el vacío. “¿Adonde vamos?”
“A ningún lugar en particular. Se siente bien caminar mientras hablamos”.
“¿Y cuál es el punto entonces? Preguntaste. “Cuando renazca, seré solamente una pizarra en blanco, ¿Verdad? Un bebé. Todas mis experiencias y todo lo que hecho en esta vida no importará”.
“No exactamente. Llevas contigo todo el conocimiento y las experiencias de todas tus vidas pasadas. Sólo que no lo recuerdas ahora mismo”.
Paré de caminar y te tomé por los hombros. “Tu alma es mucho más magnífica, bella, y gigantesca de lo que puedas imaginar. Una mente humana solo puede contener una pequeña fracción de lo que eres. Es como apoyar tu dedo en un vaso con agua para sentir su temperatura. Pones una pequeña parte de ti contra el recipiente, y para cuando la quitas, habrás obtenido el conocimiento que poseía”.
“Has estado dentro de un humano por los últimos 48 años, por lo que aún no te has extendido, para sentir tu inmensa consciencia. Si pasáramos el suficiente tiempo aquí, comenzarías a recordarlo todo. Pero no tiene sentido hacer eso entre cada vida”.
“¿Cuántas veces he reencarnado?”
“Oh, muchas. Muchísimas. Y en muchísimas vidas diferentes”. Dije. “Esta vez serás una campesina china, en el año 540 AC”.
“Espera, ¿Qué?”. Tartamudeaste. “¿Me enviarás de vuelta en el tiempo?”
“Bueno, técnicamente, sí. El tiempo como lo conoces, solo existe en tu universo. Las cosas son algo distintas de donde yo vengo”.
“¿De dónde vienes?”
“Mmm… Yo vengo de un lugar. Un lugar distinto. Y allí hay otros como yo. Se que querrías saber como es este lugar, pero honestamente, no entenderías”.
“Oh,” Dijiste algo desilusionado. “Un momento… Si soy reencarnado en distintos lugares en el tiempo, en algún punto podría haber interactuado conmigo mismo”.
“Seguro. Pasa todo el tiempo. Y con ambas vidas conscientes únicamente de sí mismas, tu nunca sabes que este encuentro está sucediendo”.
“¿Cuál es el punto de todo esto, entonces?”
“¿Enserio?” Pregunté. ¿Me estás preguntando cuál es el sentido de la vida? ¿No está un poco estereotipado?”
“Bueno, es una pregunta razonable”. Persististe.
Te miré a los ojos. “El significado de la vida, la razón por la que creé este universo, es para que madures”.
“¿Querrás decir la humanidad? ¿Quieres que maduremos?”
“No, solo tú. Creé este universo para ti. Con cada vida creces, maduras, y te vuelves un intelecto mayor”.
“¿Solo yo? ¿Qué hay de los demás?”
“No hay nadie más”. Dije. “En este universo solo estamos tú y yo”.
Me miraste fija, e inexpresivamente. “Pero toda la gente en la Tierra…”
“Todos son tú. Diferentes encarnaciones de ti mismo”.
“O sea que, ¿Yo soy todos?”
“Ahora lo estás entendiendo”, te dije palmeándote la espalda a manera de congratulación.
“¿Yo soy cada humano que ha vivido?”
“Y cada humano que vivirá. Exactamente”.
“¿Soy Abraham Lincoln?”
“Y eres John Wilkes Booth, también”. Agregué.
“¿Soy Hitler?”. Preguntaste apaleado.
“Y los millones que asesinó”.
“¿Soy Jesús?”
“Y todos sus seguidores”.
Te quedaste en silencio.
“Cada vez que trataste injustamente a alguien”, dije “te lo estabas haciendo a ti mismo. Cada acto de amabilidad que has hecho, te lo has hecho a ti mismo. Cada momento feliz y cada momento triste experimentado por un ser humano fue, o será, experimentado por ti”.
Lo pensaste por un largo tiempo.
Luego me preguntaste, “¿Por qué? ¿Por qué hacer todo esto?”
“Porque algún día, te volverás como yo. Porque eso es lo que eres. Eres uno de los míos. Eres mi hijo”.
“Whoa,” exclamaste incrédulo. “¿Dices que soy un dios?”.
“No. No todavía. Eres un feto. Aún estás creciendo. Una vez que hayas vivido cada vida humana a través de los tiempos, habrás crecido lo suficiente como para nacer”.
“Entonces, el universo entero es solo…”
“Un huevo”. Respondí. “Ahora es momento de que continúes hacía  tu próxima vida”.
Y te envié hacía ella.

jueves, 4 de octubre de 2012

Portazo





Días y días de pensar y deambular, de no dormir ni soñar, esa tensión que se puede cortar, que te invade al entrar y se mantiene. Como una mano agarrándote la boca del estómago.

Y sin saber qué desencadenó qué, la puerta se cerró con un portazo. Y después el silencio. Un silencio que nadie se atrevió a romper. Por miedo, por timidez, por intranquilidad de conciencia; seguramente por nada de todo esto o quizá por todo en conjunto. 

O, sencillamente, porque allí, detrás del portazo, sin saberlo, había quedado algo que en otro tiempo dirían inconfesable, presumible pero inconfesable y que, ahora, con el espacio de unos días no habría ningún problema en comentarlo e incluso chulearse de ello. 

Porque hoy, ayer y siempre chulearse es un deporte que suele gustar a todo el mundo cuando se convierte, lo hace con convicción y, casi siempre, en secreto en el día de hoy. Yo conozco a bastantes individuos portadores de un grado de chulería indescriptible. Un portazo…

El sexo, el dinero y el poder son las tres fuentes más importantes que nutren el ser humano. Son, con toda seguridad, lo más trascendental para sentirse alguien; lo que conlleva una mayor dosis para chulear frente a todo.

Le siguen la venganza y los celos de cerca, para herir sólo hay que chulear, humillar y sonreír, aunque lo que te quede dentro, sea un frío que no hay manta capaz de calentar.

Todo es cuestión se sentirse mejor, y aunque tengas que utilizar para ello a quién dices amar, respetar o adorar, si hay que humillar, pisar o tirar al barranco, mejor si utilizas a una mano inocente que empuñe la espada que hará cicatrizar tu alma. Pero chuleas y humillas. Portazo

Para ser o aparentar que se es alguien en este mundo. Especialmente lo segundo. Para presumir, en definitiva, de tener más que aquel, de gastar más que aquel, de mandar más que cualquiera. Sólo así se desborda lo que llamamos chulería aunque, en el fondo, sea muchas veces triste y nada envidiable. 

Porque la chulería, tanto en el fondo como en la superficie, da pena. Porque la mayoría de las veces se resume sólo en un portazo. Porque es sencillamente nada aunque creamos que muchas cosas, actitudes, ideas son o parecen algo importante y no son más que humo pero nos hacen sentir trascendentes, brillantes, sin ser otra cosa que ilusiones. Vanas o no, ¿qué más da? Pero son seguramente meras fantasías.

Esa pareja que atrae la mirada de unos cuantos y sorprende a más de uno al cruzar una calle espectacular.O la evolución patética de un puesto de mando que va a llevar toda una vida de solicitud de favores, consejos, peticiones, cambalaches más o menos importantes que crean chulerías de poder. O aquél que piensa que su cuenta bancaria es lo que le hace mas persona. O esa que no admite que se acabó con un portazo.

Todo esto puede ocurrir en poco tiempo y sentir súbitamente un cierto grado de hinchazón general. Entonces yo pienso que la chulería es inevitable. Y no es nada parecido a la amistad, al compañerismo, a la satisfacción de dar, de poder servir, y no de tener algo especial. 

A mí me da pena pensar que basta una sola palabra para definir conscientemente todo  esto, o mejor con unos conceptos demasiado unidos: Portazo, Silencio, Rivalidad, Humillación, todo ello en definitiva, se concluye en Orgullo.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Terror





Te vi sin querer, sin pensarlo, sin buscar en absoluto el lugar y el momento de encontrarte. Pero estabas allí como yo. Seguramente fue sólo por casualidad, por esa chorrada que algunos llaman azar,  pero lo cierto es que los dos, inconscientemente, estábamos en el  mismo sitio al mismo tiempo. Ambos tratamos de disimular, de ocultarnos el uno del otro porque la situación no era normal o no debía serlo. Por esto ni tú ni yo dejamos de actuar como dos extraños. ¿Por qué?

Algunos, la mayoría, a esto lo llamarían condicionamientos sociales o algo parecido. Yo pienso que era alguna cosa más, inesperada sí, pero no del todo. Pero ahora estabas allí, realmente allí, aunque no de forma casual, al menos por tu parte. Y yo estaba segura de que era así.

 Entonces fue bonito creérselo, pero ahora…, no puedo recordar. Me han dicho que duró tres horas y después un infinito. Vosotros lo sabéis, si lo sabéis, mejor que yo pero creo que debió hacerse realidad la frase: “Ahora ya no puedo dejarte”. Pero ¿dónde?

He oído alguna vez de la existencia de unas cajas en las que es posible encontrar la solución de muchas preguntas, pero en demasiadas ocasiones son tan negras como las respuestas que alguien espera obtener de ellas.

 Ni yo ni nadie a los que ahora nos importa poco o nada esta cuestión, podemos ni tan siquiera, mostrar indiferencia.

Ya no es necesario ocultarnos el uno del otro y después de todo y de todos. Pero creo que, en medio de esta profunda oscuridad, también en este instante, hay algunos niños,  ya sin futuro y casi sin historia. Es triste.
Pero quisiera borrar ahora una imagen de nada con una inscripción un tanto intrigante, desmoralizante y absurdamente trágica.

Porque “Ahora no te veo aunque quisiera porque no puedo ni pensar ni buscar el lugar ni el momento. Pero sé que estás ahí; seguramente sólo por casualidad, por azar o por lo que sea pero lo cierto es que todos, tú y yo y todos sin querer estamos en el mismo sitio, al mismo tiempo, inconscientemente”.

En el mismo sitio, en el que un malnacido puso una bomba y la hizo estallar. Por una idea absurda de religión, política o nacionalismos mal aprendido, por un Dios que no conoce, un País que no le reconoce, un nacionalismo que no entiende, pero él, obediente, pulsa el botón de la muerte, y allí acaba su vida, junto a otras desconocidas.

En el mismo sitio, donde algún empresario del tres al cuerto ( Ryanair ), decide que sus aparatos no necesitan revisión, ni mantenimiento, ni siquiera piloto, es un negocio señores, y hay un acuerdo con el diablo, por almas en vuelo a bajo precio, low cost.


Adiós mi amor. Da ganas de gritar. Ya hemos llorado. Gritar y  llorar, sólo nos queda aliento.

Que alguien pare los pies, a cualquier terrorista, sea cual sea su modo de aterrar.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Sueños






De vez en cuando visito a mis sueños rotos, a los que dejé en ayunas para que fenecieran. Pero, aún débiles, se resisten. Sólo, de vez en cuando, me despojan de esa cierta serenidad que vas alcanzando con el tiempo, de la calma que te regalan los años (que no sé muy bien si será calma o plácida resignación), para recordarme que mi fortaleza es frágil, que no todo está hecho. 


Aún débiles, vestidos de hambre y sed, piden rescate. De vez en cuando también, consigo atrapar alguno. Entonces encajo sus piezas, lo rearmo, lo acomodo en mi almohada, dejándolo libre de desencantos, sintiendo el sabor de la victoria.


Si, de la victoria… porque las victorias más queridas siempre fueron fruto del esfuerzo, del coraje. Cuando consigo rescatar ese sueño, que quedó atrapado entre la impotencia y la desgana, o simplemente entre las perezas del olvido, me siento victoriosa, fuerte, ganadora.


Hoy no es uno de esos días.


Hoy regresas rebelde sueño, para recordarme tu ausencia. Me dices al oído que te busque, que me esperas, que me gritas que te encuentre, y me siento torpe. Torpe porque no supe encontrarte, porque desgarré el tiempo luchando entre esperanzas y miedos, porque me dejé herir en batallas creyendo que allí estabas.


Porque atravesé noches vestidas de soledad, creyendo que al amanecer me despertaría tu sonrisa. Porque mi alma te reclama, te grita, me ensordece de tanto pronunciar tu nombre y cuando despierto.. no sé cómo te llamas. Torpe, porque siempre tuve la fe de encontrarte pero no supe hacerlo.


Tu amor por mi me ha permitido conocer el significado de palabras como emoción, sensibilidad, autenticidad, calor, fragilidad, fortaleza, ganas o pasión.
Mi amor por ti encendió todos los rincones del universo.


Nuestro pacto permanece intacto. Tu lugar en mi alma también, acomodado vives, pero no logro dibujar tu rostro. Hoy es uno de esos días en los que no consigo descifrar los mapas que me llevan a tus brazos, que sin embargo presiento.

Hoy es uno de esos días en los que me gustaría poder contarte mis otros sueños, diciéndote al oído que tú fuiste el mejor de todos ellos. El más querido, porque formas parte de mi.

martes, 11 de septiembre de 2012

Y si no fuera...

La hoja en blanco se transforma, después de muchas veces de arrugarla en mi cabeza, de romperla hasta añicos que se hacen imperceptibles tan siquiera a la imaginación, una y otra vez, quieres cambiar el curso del día, pero sabes que ocurrirá, y que escribirás con dolor.


He pasado años de soledad grata, de lucha contínua por mis ideales y mis principios, de penar penas y arreglar conflictos internos, de resolver errores propios e imponer la paz en mi alma, con ese estandarte que te dá el alzarte para ver tu pasado y corregidos todos los  fallos asumidos, vivir el presente.

El error, es que hay que dar tiempo para que los demás también asuman sus errores y quieran rectificar su sistema y vivir con el presente dejando el pasado donde debe estar...alejado del hoy. Y eso, no es tarea de una,y por tanto, el dolor se presentará; aceptarlo y convivir con él,o no, es la decisión que hay que tomar.

Y la hoja se tiñe de lágrimas, se cicatriza con el dolor de las palabras y se eleva con las dudas por los aires, intentando poner un final que no sea el que se preveé desde el día antes. Y  pones de tu parte, para que eso cambie,  y a pesar de que siempre exista un daño, no sea la muerte, pero por la lucha recibes más omisión y alguna mentira, y es entonces, cuando el alma se rompe y das por perdida la batalla... esperando las noticias de los decesos, esperas horas interminables.

Horas que llegan a su fín, y una vez más, en la última agonía, intentas que se resuelva con esa inusitada esperanza de sincerad, y te mueres al recibir una mentira, esa negación categórica con alzada voz, como si eso fuera el arma de la verdad en vez de la espada que te parte el corazón y el alma, y destruye esa ciega confianza.

Y si no fuera por las horas de romper hojas en el vacio, de llorar junto amigos y de escuchar esas necesarias palabras de quién eres, qué quieres y dónde dijiste que querías llegar, hoy estaría en el camino que me llevaría de nuevo a una nueva etapa del ayer.

Y si no fuera porque leo en los ojos y en el abrazo, si no entendiera tus heridas y viera el desconcierto en tu vida, si no supiera que no hubo tiempo de vivir el adios y empezar con el presente sin pasado que penar, si no estuviera enamorada de ese alma abierta a entregarse, si no creyera en que es posible unir tus pedazos y los mios y hacer una página blanca y nueva, si no fuera porque pido y se que pido demasiado, si no fuera porque necesito rozar tu rostro con mis dedos y decirte guapo, sentirte cálido entre mis brazos y amarte se me hace fácil.

Hoy escribiría tiñendo el papel de sangre.

Regreso a dos días antes... olvido y borro un día de nuestra vida, con todo lo que conlleva, con darle el tiempo que se necesita para que la tirita haga su función, y la memoria se vuelva débil y los actos se borren de mi mente,  y empiezo de nuevo... empezamos de nuevo.

Y si no fuera, haría porque fuera.

jueves, 6 de septiembre de 2012

brujas





Las brujas se buscan unas a otras, se convocan para celebrar sus aquelarres.
Con sus mejores galas, a la caza de emociones, preparan sus escobas y vuelan para encontrarse en algún lugar de la ciudad.

Son maliciosas, traviesas, listas, rápidas, su humor es ácido como los limones, y se ríen, se ríen siempre, de todo, porque están orgullosas de ser lo que son.
Son muy distintas, pero a la vez muy parecidas, y las han visto a todas juntas alrededor de su caldero, bailando sin pudor en noches oscuras.

Hay brujas de cabello negro, como alas de cuervo, rizado como el destino, de ojos color miel y sonrisa generosa, pelirrojas, terribles, peligrosas, de mirada encendida y risa arrolladora, de cabello avellana, de dulce voz y cerebro agudo, raudas en el pensamiento y generosas en los afectos, rubias como el trigo, con los ojos de hielo y el corazón en llamas.

Son guerreras, plantan cara a todas las batallas y nunca retroceden ni un paso, son fuertes, se mueven entre los demás con la cabeza alta y el orgullo intacto, sabedoras de que sus actos son siempre honestos.

Les gusta sentarse alrededor de una mesa a confabularse para inventar hechizos, para conversar hasta altas horas y volver a reír hasta la extenuación, son felices, sus emociones no tienen límite, sus sueños están vivos.

Son hermanas, no comparten sangre pero sellaron un pacto de almas que las ata para siempre. Son leales entre ellas, porque entienden de respetos y de amores. No se traicionan, porque viven para renacer, y juntas dominan el mundo. 


martes, 4 de septiembre de 2012




Tú. Dormido.

La penumbra se va rompiendo en la madrugada. Respiras, te escucho, te siento.
Lento. Un viaje lento que comienza con un roce.

Tu pelo negro contrasta con el blanco de las sábanas que envuelven mi cuerpo desnudo. Tus manos buscándome, caricias lentas que susurran bajo la ropa, y mi piel te recibe con sed de mucho tiempo.

Tú, susurrando mi nombre a mi espalda, tu cara enterrada en mi cabello, mi cuello en tu boca, y yo llena de ti, volando bajo tu hechizo.
Me bebo a tragos toda tu esencia, devoro cada palmo de tu fuerza, sintiendo, me pierdo en un mar de almíbar.

Boca golosa que me arranca un gemido y, entre tus brazos me lanzo hacia el cielo, clavada en tus ojos, atada a tu cuerpo. No quiero abrir los ojos, me basta con saber que eres tú.
Tu voz cálida me devuelve a mi sitio, a tu piel, el viaje no ha terminado, solo es un descanso para mirarnos sin tiempo.

Tú. Y yo contigo.

Respiro, me sigues, acompasados en un baile lento que nos acuna los sentidos. Más despiertos que nunca. Hechizados del veneno más dulce. Y otra vez te siento llegar despacio al lugar donde te quiero tener.

No es locura, no es delirio, es real como cada uno de tus latidos, que se aceleran cuando subo hacia tu boca y me sientes, profunda, llena, derramada sobre tu cuerpo. Y me arrasas de miel y fuego sin darme un respiro. Así te quiero. Lento, fuerte, seguro.

No termina. Llega otra noche de luna, y tú sigues aquí. Y yo contigo. Sin máscaras, sin límites, auténticos. Sin miedo a sentir. Entrega. Te miro de nuevo y lo comprendo todo.

Eres tú. No hay nada igual, no hay otro lugar donde quiera estar.

Eres tú. Y yo…contigo.

jueves, 16 de agosto de 2012

Demonios



Cómo deben ser físicamente los demonios?, Una larga cola con forma de tridente al final, que son aguijones envenenados, de color rojo fuego y oliendo a azufre, con cuernos afilados y pequeños en la cabeza, ojos negros azabache sin luz, y voz de ultramundo hueca y profunda que nos sobresalte aún en los mejores sueños. 

Cómo deben ser las fechorías del demonio?, Simplemente hacer daño, no mirar a quién ni como, daño por daño, por dolor, por humillación.

No reconozco físicamente al diablo, pero si sus actos.

Se transforman, como decía Miguel Bosé en una canción,

 "No me cuente mas historias 
Un caso asi no tiene explicación 
Es paranormal 
Siete victimas cayeron.. 
Diga como pasó 
Redacte un informe, por favor 
Luna llena salió 
Fácil presa en la niebla 
Los ojos del miedo 
Cortan en dos la noche 
Pero usted persiga... 
Corra y vuelva a lugar 
Del terrible crimen"

El diablo se viste de Prada, de María, de lobo o cordero, no tiene imagen única, sólo preceden y sobreviven sus locuras, sus hazañas, la huella de su rabia, del odio, del resentimiento, del dolor de no ser amado, o de jugar a perder. Tan inmenso con  el mar, tan insignificante como una gota de rocio. tan dolorosa como la agüja del pajar.

Está bien, ganas hoy, una vez más e igual, con cada zancada, pierda el camino y me vaya y creas que la ilusión de la ventaja juega de tu mano, y hueles la herida que sangra y como vampiro te alimentas.

Quizá se me muera un poco el alma con cada batida y fallezca en alguna batalla, pero no será éxito tuyo, sino fracaso de otro.

Cómo reconocer un diablo?, Hay que reconocerlo en sus hazañas.

Te reconozco.


lunes, 6 de agosto de 2012

ERASE UNA VEZ





Erase una vez....

Mil historias de princesas, de hadas y finales felices empiezan con el título. Pido perdón por usarlo en ésta ocasión.

Protagonista de cuentos donde la imagen se refleja en una bola de cristal, en el puchero de una poción mágica, en la manzana envenenada, en el beso que no despierta a la bella dama.

A la cueva del dragón, entre bocanada y llamas, ataduras de ficción o reales empuñaduras. Guerras de niños, adolescentes y adultos, Guernica de la vida donde sólo el grito callado y las lágrimas bebidas, pintan el lienzo día a día.

Brujas que invaden los minutos de alegría, Magos oscuros que tientan el alma, la corrompen, la mancillan, sapos que jamás se convierten en príncipes.

Herodes con los infantes, Salómonicas decisiones, Hitlerianas pasiones.

No erase una vez, que se era la vida.

Creación de vida paralela, locura pasajera que invita a la enajenación eterna, mentiras construidas en base a la verdad, realidades que se convierten en fábulas.

Segundas oportunidades con cuentos de horror. Buscando salidas en un laberinto sin fin, castigos injustos de premio de amor, manzana con veneno para el alma.

Pido perdón, porque no Erase una vez, y no se donde está el " vet aquí que hi ha un gat, vet aquí que hi un gos, y el conte sa fet fosc..."  ( hay un gato, hay un perro, el cuento se ha acabado ), porque siguen apareciendo dragones con boca de fuego, piratas fantasmas y Cruelas celosas de la vida cotidiana.

Princesa y príncipe que ganan abanderando sólo el mástil del amor, superando barreras con la pértiga de la confianza y llegando al final del cuento, con la única confianza de la verdad.

No hay fín... Erase una vez, LOS CELOS.




miércoles, 11 de julio de 2012

corrillos y chascarrillos





Los corrillos de vecinos hoy son más acalorados a pesar de ser un día nublado.

Nos han tocado de nuevo el bolsillo!!, El señor de la barba y ojos de visión amplia, tanto mira al Mediterráneo como al Atlántico, nos sube el IVA, recorta educación, sanidad, beneficios sociales, pensiones y subvenciones, sustrae una paga a los funcionarios, limita el consumo e impide que nuevos emprendedores intenten abrir un negocio, y consigue que los corrillos en los barrios sean más acalorados.

He visto ya los primeros gifs en facebook y twiter, y todos andamos a la espera del primer chascarrillo sobre la actuación de Rajoy.

Y como además han tocado el 20% de las ayudas a políticos y SINDICATOS, seguramente aparte de la movilización quieta de las redes sociales, nos pedirán una huelga general, de esas que sólo paga aquél que tiene un sueldo y trabajo precario, gracias también a nuestro maravilloso gobierno.

La estupidez humana es infinita, lo dijo Einstein, y seguramente es que debió ver el futuro manipulable de la humanidad.

Y yo, no digo que la culpa infinita sea de éstos 6 meses de gobierno pepero, tampoco digo que lo sea de los cuatro años desastrosos de los socialistas, ni de los anteriores cuatro peperos... y entre unos y otros, nadie más ha gobernado España. La culpa entonces, es dividida entre los dos partidos que únicamente nos ha gobernado?.

No, la culpa es del pueblo que ha permitido, una y otra vez, los robos descarados, el vandalismo de los ayuntamientos, bancos, sindicatos, polìticos. Personas a las que nos cruzamos por la calle, y no bajan la cabeza al paso del ciudadano.

Parece que sentados en casa, simplemente posteando en un pc y reposteando, vamos a ganar una lucha que saben ya tenemos perdida por vagos, cobardes y estúpidos. Y aplaudimos a los mineros, por lo que nosotros no hacemos, aún sabiendo que las minas se cerrarán y nosotros no estaremos allí.

Hay corrillos en la calle, y todos esperamos el primer chascarrillo que ya tarda.

lunes, 2 de julio de 2012

Como un mar




 Es así, Con la misma profundidad, inmenso, desconocido, temible.

Como un mar. Como un mar entero. Así.

Oigo. Escucho como ruge en mi interior el llanto de mil olas que, rabiosas, se lanzan contra los escollos a golpe de espuma blanca y ecos de mil voces que susurran arrastrando, con la arena, mis emociones.

A golpe de espuma, de llanto, de risa o de rabia.

Como un mar. Entero. Así

Las ausencias de mi niña, el eco de su risa que me falta en todos los rincones de esta casa, su mirada de miel, su pelo de trigo y seda, sus abrazos de princesa enamorada. La lejanía , su olor que ya no deja rastros cuando paso por su habitación, su olor dulce, sus ojos de chocolate, su pelo de caramelo y fuego, su risa descontrolada como pequeñas campanas que caen.

Me he tragado un mar, un mar de amor que a veces se me lleva muy hondo y me roba hasta el último respiro. Y no lo sabe.

Un mar de amor que me llena la vida, que me hace sentir, que me da poder para reconstruirme cuando toda mi anatomía se desmorona, cuando el alma se hace añicos sin saber ni por que...

Como un mar. Así.

Sus ojos color madera , su pelo negro salpicado de plata, y cada una de las mañanas y las noches en las que su voz me arrulla. Cada uno de sus besos sinceros, todas sus caricias de sus manos grandes y hermosas.

Me he tragado un mar entero de pasión y de amor.

El mar de mi vida, ola tras ola, me arrasa y me levanta para seguir latiendo como un animal que devora la vida, con toda su sal, con toda su rabia, con toda su calma...

Como un mar. Así os amo. Sin medida. Y no lo sabéis.

viernes, 29 de junio de 2012

A euro!!!



"A peseta, a peseta", gritaba en mis años niños, un bebedor de vino por Horta, de esos que no sabías la edad que tenía, ni el lugar donde dormitaba, asustaba a los niños y era ejemplo de los padres para que al menos, aprobáramos el curso.

Mi padre se acercó una vez al grito de "A peseta!!!", y le preguntó, ¿Qué vendes?, su respuesta fue..."nada, pero a qué es barato?".

Me recordó la anécdota, el pasear por el mercadillo que los lunes ponen a pie de mi barrio, entre las muchísimas personas que andábamos por el centro de las calles, se oía el cantar cansino de una parada lejana, " A euro, a euro, a euro, no se lo pierda, a euro, a euro, María a euro, vamos que se acaba, a euro, a euro".

La cantinela cansina y repetitiva del gitano de mercado, se metía dentro del cerebro y ya tenía ganas de llegar a su parada y encontrarme con la gran oportunidad de mi vida de gastar un euro en mi mejor oportunidad.

Llegando al punto, entre la marabunta que a paso lento visitaba una y otra parada, se hace una rueda alrededor del cantarín " A euro, a euro, no pase de largo, a euro María, a euro...". Si me pongo de puntillas, igual admiro mi próxima compra, pensé.

Me hice mi sitio y llegué a posicionarme en primera fila.

Mi sorpresa me hizo pensar mucho, en el malgastado dinero de muchos estudiantes de publicidad, estoy convencida que un día de mercadillo hará un master en el futuro de muchos.

El dicharachero vendedor de "A euro", me ofrecía una bolsa de 3 cabezas de ajos.

Y como era "a euro", compré.

viernes, 22 de junio de 2012

Por pedir...se puede










Por pedir...se puede.


Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos dé tiempo a todo menos a perder el tiempo.

Se puede pedir un amanecer perezoso entre sábanas tibias, el sol acariciando la ventana.


Se puede pedir un beso adormilado, un café esperando en la cocina mientras le canto a tu toalla.


Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. 

Se puede pedir que se mueran los relojes por un día, que se borre la calle, que se apaguen los ruidos.


Se puede pedir un paseo de la mano, una risa en el hombro, un suspiro acompasado...


Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines (para que sólo puedas abrazarte a mí), enfrente de mi película favorita… Bueno, si quieres enfrente de tu película favorita… bajo una manta que haga de telón tras el que actúen nuestras manos; marionetas manejadas por los verdaderos sentimientos.


 Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos 

Por pedir…se puede.

Se puede pedir que se caigan a trozos las fronteras, que se acorten las distancias, que se borren los mapas.



Se puede pedir un baile lento, una canción que nos envuelva los sentidos, volar a cuatro alas.

Se puede pedir un aquí y ahora, un hoy y siempre, un ayer que sea mañana.


Por pedir…se puede



Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. 


Pido, mientras caminamos por cualquier calle,llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, como si de un acordeón te tratases, y tu risa fuese la mejor de mis melodías..y después.. en un intento por no dejarme ir, y 
me hagas perder todo menos la sonrisa…

Se puede pedir la compañia perfecta, la complicidad exacta, el ritmo preciso, latidos sincronizados, sentimientos enlazados, una dosis precisa de ida y vuelta, lealtad, entrega.

Por pedir...

jueves, 21 de junio de 2012

Vagabundo





Estoy convencida de que existe en cada pueblo, cada barrio de una ciudad grande. Yo he visto alguno, pero hubo uno  en especial, tuve intriga por él.

Lo vi al borde de una carretera comarcal andando hacia ninguna parte con esa sensación de libertad, y no de angustia, que da el poder caminar sin rumbo, sin prisas, sin agobio hacia no se sabe dónde. 

Me sorprendió relativamente; por eso pregunté en las tiendas, a los vecinos. Y todos le conocían. Sin saber su nombre, su origen, sus señas, su realidad, su historia, pero todos sabían quién era aunque nadie sabía con certeza lo que hacía. 

Aparentemente, sólo era un vagabundo….

Iba sucio, pero no mucho, andrajoso, pero cuantas veces lo vi, iba exactamente igual de sucio y humillantemente andrajoso.

Su biografía era inventada a diario por todos aquellos con los que se cruzaba.

Un rostro sin barba ni bigote convencional pero con la sensación más evidente de muchos días sin afeitar. 
Pelo largo pero no espectaculares melenas. Piernas delgadas, muy delgadas, con pantalón corto por estar recortado, tanto en invierno como en verano y unos zapatos que no eran zapatos sino un elemento de no sé qué material que, dejando medio desnudos los pies, parecía un vendaje aplicado sobre una simple suela de alpargata o de zapatillas. Todo ello simulaba una especie de zapato militar, sin serlo evidentemente, o una bota rara, muy rara. Siempre parecía hablar con un teléfono móvil sin manos pero hablaba en realidad consigo mismo, murmuraba, maldecía….

El  tiempo le hizo más huraño y agresivo. Más antisocial aunque yo pienso que lo era totalmente desde siempre. Jamás le vi hablar con alguien sino para pedir un cigarrillo, o dinero para vino.

Pero repentinamente desapareció y yo pregunté por él. 

Unos me dijeron que un coche le había atropellado, otros nombraron la palabra suicidio en la vía del tren, algunos citaron su expulsión del municipio por un acto, dicen, de agresión no sexual, a una ciudadana.

A mí no me sorprende que de alguien del que no se sabe la historia real tampoco se llegue a conocer su desenlace. La última referencia que tuve fue que le habían ingresado en un centro para tratamiento psiquiátrico. No me pareció imposible.

Y ahora mismo no sé si volveré a verle en otra ocasión, pero os juro que me gustaría, de verdad, encontrarle otra vez, no necesariamente más aseado, caminando por el arcén de una carretera comarcal.

domingo, 17 de junio de 2012

La cuerda



Recuerdo que de niña hacíamos dos bandos para jugar a tirar de la cuerda...tensa y tira, tensa y tira.

Durante un buen rato los dos bandos se acercan a la raya límite, pero no se sobrepasa, las fuerzas están igualadas, y todos siguen tensando y tirando hacía su lado.

Un segundo basta. Alguien en un instante baja la presión y respira soltando la cuerda. Y se aprovecha ese pequeño momento para tirar y tensar y hacer que como si fuera una escalera de fichas de dominó, todo el resto del grupo caiga, pasando el límite de la raya y oyes el griterío de los ganadores a medida que van traspasándola. 

Todos hemos ganado y perdido en el juego de  tirar de la cuerda, una veces hemos estado en el grupo ganador y otras en el que perdió, y seguimos tirando y tesando a la vida.

Una de las veces se rompió la cuerda y perdieron los dos.

Seguimos jugando, tira y tensa, ¿compensa?

No si giras la cabeza, no si duele, no si te limita, jamás cuando es venganza, maltrato...los juegos acaban haciendo daño, aunque sean los infantiles cuando los pasamos a la edad adulta... tira y tensa.

Los únicos juegos que no duelen son los que se comparten con amor entre sábanas.

martes, 5 de junio de 2012

Mariposas





Todos, creo, hemos sentido dentro del estómago como un vuelo de mariposas inoportuno. 

Esa es  una sensación muy selectiva que se produce en momentos específicos y particulares. Algunos le dan una u otra explicación, pero creo que no deben de confundirse, yo las identifico como nervios.

Se tienen cuando una ha de enfrentarse a situaciones comprometidas, difíciles; cuando es preciso improvisar, cuando no se está preparado para afrontar un problema determinado y se es consciente de ello. 

Pero todo esto no son mariposas en el estómago. 

Los nervios se ven, se notan, se manifiestan de alguna manera, se palpan; las mariposas son invisibles para los demás y a veces hasta para uno mismo pero están ahí, revoloteando indefectiblemente aunque sólo sea durante un instante, a veces largo, pero un instante o unos instantes solamente.


pongamos el escenario de un teatro, y no sólo la noche del estreno; a veces más noches, más días, semanas... Se apagan las luces, se sube el telón, y en el escenario deslumbran como nunca a pesar de la experiencia. Estoy convencida de que,justo en ese momento, a más de uno de los actores le apetecería echar a correr sin detenerse mientras su cuerpo aguantara; huir de ese espacio estrecho entre bastidores donde tantas veces se acumulan auténticas bandadas de mariposas. 

Después, ya en escena, las mariposas, afortunadamente, desaparecen del estómago del actor o de la actriz, no se donde vuelan, pero sabes que ya no están, se han liberado.


Se me ocurre pensar que me gustaría ver más mariposas en otras muchas circunstancias antes de llegar a la hora de la verdad. Y pienso en salas de congresos, en Plenos municipales, en Consejos de Ministros, en órganos de decisión en momentos en que una resolución puede ser trascendental para muchos; en Palacios de Justicia, en Frentes Monetarios de todo tipo, en explotaciones laborales y deportivas y en tantas cosas más... 

Me cuesta creer que no hay, quizá, suficientes mariposas que sepan revolotear en estos escenarios. Tal vez lo que faltan sean estómagos capaces de albergarlas. 


martes, 15 de mayo de 2012

elucubraciones





Podríamos comparar nacer, con escribir un libro, esa hoja en blanco sobre la mesa y el lápiz o pluma de un escritor… todo por andar, todo por hacer, todo por escribir. Un camino de ilusiones, aficiones, frustraciones y especialmente ese factor que creo que, pedantemente  le llamamos destino.

Al Destino, es al que trataremos de justificar muchas veces nuestros fracasos y también lo usaremos de excusa para nuestras frustraciones, sin embargo, la vida es un juego de naipes, el destino es quien baraja las cartas, pero nosotros somos los que las jugamos.

En otras ocasiones también tratamos de justificar los errores con otro concepto, y debo confesar, que tengo especial predilección por ella: la inmadurez. Y es peligroso, porque con el tiempo es la responsable de demasiadas equivocaciones. 

Por esto una comprende que tantas veces a lo largo de la historia la inmadurez haya sido una especie de virtud original del ser humano; porque el progreso, en muchas ocasiones, ha llegado por la desobediencia y la rebelión de los inmaduros y eso que llamamos coherencia y seriedad como signos de madurez es una falta de imaginación y un exceso de superficialidad la mayoría de las veces.

Y  a lo largo de esas páginas llamados años, se crean ilusiones, aficiones y consecuentemente frustraciones. Y todo esto sabiendo que en la vida las ilusiones no son otra cosa que esperanzas acariciadas según una afición primaria o una inclinación por algo.

Es lógico pues, que cuando esta experiencia emocional no se ve compensada con la satisfacción que se espera, a eso se le llama frustración. Luego le sigue, casi siempre, el fenómeno conocido como obsesión, y no es otra cosa que la aparición de ideas, sentimientos que no pueden apartarse de la mente con la carga que supone desde el punto de vista de la lógica, el  raciocinio y el gran potencial conflictivo y ansiógeno que representa, situándose con prioridad conceptual y dominante en la vida de los obsesos. Hasta el punto que con las obsesiones y las riquezas ocurre como con el agua salada: cuanta más se bebe más sed da.

 Y ahí entramos, sin querer en el terreno de los rencores, de la psiquiatría y quizá en el origen de los sectarismos también.

Pido  perdón por esta serie de pensamientos no demasiado originales. Sin embargo, de verdad hago votos, si es que algún obseso lee este blog, para que aproveche estas elucubraciones concienciando de una vez por todas sus prioridades honestamente, fríamente, sinceramente y, si es posible, pueda superar sus obsesiones para bien suyo y, con suerte, también de su entorno.

martes, 8 de mayo de 2012

Edición Limitada




Si, es cierto, no  puedo negar que soy un ser extraño, egoísta, soberbio, quizás un monstruo.

Soy una persona difícil de entender, de soportar, de querer, de amar.

Porque yo, si, yo tengo el vicio de comunicarme, de preguntar lo que no entiendo, de compartir lo que siento, de emocionarme, de sufrir, cantar, llorar, reir, bailar, entregar, esperar, pedir.

Porque yo, si, yo tengo la manía de querer saber, aprender, escuchar, explicar, recordar, sentir, porque observo, analizo, valoro, agradezco.

Soy una mujer complicada, insoportable, irritante, quizás aborrecible.

Soy un animal odioso, peligroso, curioso.

Porque yo, si, yo pienso, decido, pido, doy, por que aprendo de mis errores, del dolor, del pasado, porque no quiero repetir las muertes en vida que ya he vivido.

Porque soy pasional, emotiva, impulsiva, decidida, independiente, tierna, sensible, fuerte, inteligente, sociable, amable, cariñosa, exigente.

Soy un ser animal, femenino, extraño, que vivo atada a las emociones, a los sentimientos, a la única forma de vida que conozco, que amo, siento y pienso con toda mi piel y todas mis tripas, que tengo los ojos llenos de lágrimas y recuerdos a partes iguales, las manos llenas de letras, los brazos abiertos...

Soy caótica en mis afectos, cuando amo no tengo límites, cuando me traicionan nunca vuelvo, cálida hasta la primera puñalada, hóstil después de cada herida. El instinto en estado puro, la ilusión por estrenar en cada vuelta del camino.

Y me dicen que soy rara. Y ahora que lo releo, parezco tan normal como cualquiera.

O no.

Y que más da, si al final, nos queda aquello que nos dio suficiente aliento para seguir viviendo.