viernes, 20 de enero de 2012

Cosas de la memoria



Sin venir a cuento...


Recuerdo al cura del pueblo donde pasé mi infancia, con cariño, porque nos creó una disco en los sótanos de la iglesia, y con dulzura, porque años más tarde asistí a su boda, y sus consejos, no demasiado cercanos a la biblia.


Rememoré a mis maestros, porque en aquella época, poco antes del fallecimiento del dictador, se mostraron "pogres", coherentes con las enseñanzas, dúctiles con los jóvenes que educaban y cercanos: Mi mayor alusión es para D. Julio, que fue capaz de aconsejarme que "probara todo en ésta vida", a lo que no fui capaz de seguir y son muchas las cosas que no he necesitado probar para saber que no eran el camino a  seguir. Capaz de con una guitarra, mantenernos embobados mientras nos daba la lección de historia.




Me acordé de ti, y pensé que podía haber pasado esa noche de San Juan si hubieras sido más atrevido, dónde estaríamos hoy, quizá ni siquiera fuéramos un recuerdo, o quizá nuestras vidas serían hoy diferentes a lo que son. Porque, al fin y al cabo, somos lo que hemos ido aprendiendo de la vida, de nuestros errores y aciertos, de la forma de enfrentarnos al día a día y del valor que le hemos echado a los problemas cotidianos.


Evoqué a mi padre, y le perdoné de nuevo. Y a mi hermano, al que sentí de nuevo besándome y sonriéndome, guiñándome el ojo, como en la foto que siempre tengo cerca, escuchando decir, "que este día sea igual de feliz que el anterior", o "hoy he decidido ser feliz", y cumplirlo.


Llegó a mi memoria, las noches que pasó mi madre en vela, tejiendo un vestido a punto, para que lo estrenara en la Palma, los disfraces que con dos cortinas fue capaz de coser para que acudiéramos a una fiesta, los cangrejos que paseamos con una caña e hilo por el rompeolas, Las invenciones culinarias de una crisis como la de hoy, en la que los calamares a la romana eran aros de cebolla, o lo que alucinaban mis compañeros de clase cuando les decía, que mi madre había cocinado macarrones rellenos y no sabían ni sabía yo,  que eran patatas fritas con bechamel.


Y entre los recuerdos, de vivos y muertos, doy gracias por haber traído al presente, amigos de ayer, soluciones aplicables a problemas de hoy, y la ilusión de tener, evocaciones para mañana.





1 comentario:

  1. Augusto dirá lo que quiera, pero yo insisto en mi opinion sobre tus contenidos. Escrius de conya, Yolanda.

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