lunes, 20 de febrero de 2012

entre ángeles




En la noche, cuando llega la hora del crepúsculo,nos miran silenciosos los ojos del pasado y adoptan formas las nubes.

Nos cuenta el viento su historia entre cansados pasos de melancolía.
Se trepa la luna al cielo, lenta y perezosa, con su luz artificial.

La soledad llama entonces a nuestras puertas, y a nosotros, amantes furtivos de un sueño desgastado, se nos enredan las manos y las voces, y sin quererlo, hechizo irremediable, se besan nuestras almas.

Sedientos buscadores de esperanzas, noctámbulos de estrellas en los pies,
nos atrapa la angustia en su tela de araña, nos devoran los miedos y nos arde la piel.

El aire escapa a saltos de los trémulos pechos contraídos. Un sentir infinito en los brazos del tiempo, que se acaba y nos baja de la luna al suelo.

Nosotros, levitantes inconfesos de hermosos viajes al país del sueño,
saturados los rostros de mirarnos por dentro, entornados los ojos, callado el silencio.


Nos hemos tendido un puente. Nos hemos escrito un verso.

2 comentarios:

  1. Comparto .......... "levitantes inconfesos de hermosos viajes al país del sueño".
    MB y BN Yolanda.

    ResponderEliminar