viernes, 10 de febrero de 2012

Seda o esparto





Me gusta cuando un amigo mío, me habla de aquella chica que conoció, a la que se le veía una simple tira del sujetador, y se le ponen esos ojitos de niño malo, y le aflora ls sonrisa golfa.


Algunas veces, es el sueño que tuvo con una mujer, que vió en el metro y llevaba una minifalda que le cortó la respiración durante unos minutos.


Me pregunta muchas veces, porqué las mujeres no le damos importancia a esos pequeños detalles de seducción, un tirante que se aprecia de un sujetador sexy, una minifalda llevada con tacones y con elegancia, un escote que deja entrever menos de lo que imagina el que lo ve.


En algunas de las reuniones femeninas, nos encontramos hablando de que vamos a tener una cita... y nos preparamos, nos compramos esa ropa interior que pensamos le va a provocar, pensamos en cómo vamos a vestirnos, y acudimos a la peluquería, como si fuera la primera vez que entramos en el establecimiento, y además... nos depilamos y lo confesamos.


Es decir, intentamos agradar ese día a alguien que nos atrae, vamos a provocar tener esa noche de pasión. Utilizar la calidez de las prendas que mostraremos con picardía y coquetería,  ¿y después?


Cuando ya han pasado unos meses, cuando la relación ya está más consolidada...¿bajamos la guardia?, dejamos de ponernos aquello que sabemos que le atrae? o quizá,  ¿ellos no le dan valor a éstas cosas, y les da igual que usemos prendas sexys o de esparto ¿, porque como dice algún bruto... "pa qué gastarse dinero, si lo voy a quitar entero".


Yo como mujer, me gusta el hombre que regala ropa interior a su pareja, que le gusta quitarle cada prenda sensualmente, y también vestirla. Y también me fijo, en el tipo de ropa interior que usa.


Si pensamos en lo que hicimos en otras relaciones, en las cosas que pudimos fallar una vez se acabó todo, si de verdad hemos reflexionado, y todos coincidimos, que la rutina empezó por el sexo. Una vez que no se prepara la ocasión con el detalle y el mimo que los hicimos la primera vez, les estamos restando importancia a los deseos propios y ajenos.
Ya tenemos los problemas económicos, el stress del trabajo, las complicaciones diarias con los hijos, los amigos y los familiares, no se acabará aunque queramos los conflictos de convivencia, pero si le damos la importancia a la cita a pesar del conocimiento mutuo, si nos tomamos ese tiempo en nosotros, y de una cena con bocadillos, la acompañamos con un vino, unas velas, música de fondo y ropa interior sexy, estamos haciendo de la relación diaria, momentos inolvidables.
Y la pregunta es; A día de hoy, ¿seda o esparto?, Yo sigo con mis bodys  con media y liguero, tacón de aguja y un vestido que deje soñar lo que hay debajo.

1 comentario:

  1. Es cierto, dicen que el fracaso empieza cuando ya no hay ligueros que quitar.
    Un abrazo, Yolanda. MB

    ResponderEliminar