Todos, creo, hemos sentido dentro del estómago como un vuelo de mariposas
inoportuno.
Esa es una sensación muy selectiva que se produce en momentos
específicos y particulares. Algunos le dan una u otra explicación, pero creo que no deben de confundirse, yo las identifico como nervios.
Se tienen cuando una ha de enfrentarse a situaciones
comprometidas, difíciles; cuando es preciso improvisar, cuando no se está
preparado para afrontar un problema determinado y se es consciente de ello.
Pero todo esto no son mariposas en el estómago.
Los nervios se ven, se notan,
se manifiestan de alguna manera, se palpan; las mariposas son invisibles para
los demás y a veces hasta para uno mismo pero están ahí, revoloteando
indefectiblemente aunque sólo sea durante un instante, a veces largo, pero un
instante o unos instantes solamente.
pongamos el
escenario de un teatro, y no sólo la noche del estreno; a veces
más noches, más días, semanas... Se apagan las luces, se sube el telón, y en el escenario deslumbran como nunca a pesar de la experiencia. Estoy
convencida de que,justo en ese momento, a más de uno de los actores le apetecería
echar a correr sin detenerse mientras su cuerpo aguantara; huir de ese espacio estrecho entre bastidores donde tantas veces se
acumulan auténticas bandadas de mariposas.
Después, ya en escena, las
mariposas, afortunadamente, desaparecen del estómago del actor o de la actriz, no se donde vuelan, pero sabes que ya no están, se han liberado.
Se me ocurre pensar que me gustaría ver
más mariposas en otras muchas circunstancias antes de llegar a la hora de la
verdad. Y pienso en salas de congresos, en Plenos municipales, en Consejos de
Ministros, en órganos de decisión en momentos en que una resolución puede ser
trascendental para muchos; en Palacios de Justicia, en Frentes Monetarios de
todo tipo, en explotaciones laborales y deportivas y en tantas cosas más...
Me
cuesta creer que no hay, quizá, suficientes mariposas que sepan revolotear en
estos escenarios. Tal vez lo que faltan sean estómagos capaces de albergarlas.
ME ALEGRA VOLVERTE A VER POR AQUÍ, YOLANDA, A MI TAMBIÉN ME APRECE TENER MARIPOSAS EN EL ESTÓMAGO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Gracias Enrique, a ver si tengo más tiempo y menos conflictos y vuelvo hacerme pesada ;p. Un abrazo para ti.
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