domingo, 17 de junio de 2012

La cuerda



Recuerdo que de niña hacíamos dos bandos para jugar a tirar de la cuerda...tensa y tira, tensa y tira.

Durante un buen rato los dos bandos se acercan a la raya límite, pero no se sobrepasa, las fuerzas están igualadas, y todos siguen tensando y tirando hacía su lado.

Un segundo basta. Alguien en un instante baja la presión y respira soltando la cuerda. Y se aprovecha ese pequeño momento para tirar y tensar y hacer que como si fuera una escalera de fichas de dominó, todo el resto del grupo caiga, pasando el límite de la raya y oyes el griterío de los ganadores a medida que van traspasándola. 

Todos hemos ganado y perdido en el juego de  tirar de la cuerda, una veces hemos estado en el grupo ganador y otras en el que perdió, y seguimos tirando y tesando a la vida.

Una de las veces se rompió la cuerda y perdieron los dos.

Seguimos jugando, tira y tensa, ¿compensa?

No si giras la cabeza, no si duele, no si te limita, jamás cuando es venganza, maltrato...los juegos acaban haciendo daño, aunque sean los infantiles cuando los pasamos a la edad adulta... tira y tensa.

Los únicos juegos que no duelen son los que se comparten con amor entre sábanas.

2 comentarios:

  1. Bienvenida ya te encontraba a faltar. Un relato/moraleja excelente, Yolanda. Todos podríamos hablar de su significado pero tú lo has hecho de maravilla.

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  2. Todos los juegos, canciones infantiles, cuentos, tienen su moraleja cuando lo traspasas de la ilusión a la vida Enrique, y cada uno verá una parte de las mil moralejas a las que se pueden adaptar, aunque a veces el escritor, sólo quiso evidenciar una y esa, nadie la vió...

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