viernes, 2 de diciembre de 2011

50





50

No es un número significativo. En realidad no me dice nada especial.Pero me lo voy mirando, y llego a la conclusión de que lo es.

Cinco décadas, en uno días. Medio siglo. Media vida.

Y un repaso. La vista atrás. Con un par.

Los recuerdos, que van llegando. Nena, que te rompes.
Y tengo que sacar este nudo por los dedos, para variar. O me ahogo.

La cabeza a vueltas con tantas imágenes que me han asaltado de golpe. Las comidas familiares, aquellas fiestas con los abuelos, tíos, vecinos del barrio. La familia. Las navidades. Y como no, los cumpleaños…esos que  por la cercanía de tanta fiesta, nunca he celebrado.

Media vida.

Hemos crecido media vida, y la goma invisible del tiempo ha ido borrando del álbum  de la realidad casi todas las siluetas. Me falta casi todo.

Es lo que tiene vivir, que una parte va muriendo mientras crezco.
Y lo  que soñé con quince años, sigue hoy siendo un sueño,

Nací un 27 de diciembre. Era invierno. Casi una  inocentada, como mis relaciones, como    ese helado que se cae justo antes de saborearlo.

Media vida. Y su recuerdo. El de todos los que ya no volverán a estar en esta vida mía.
La vida se nos lleva. Se los lleva. Pero vivirla, aunque nos cueste la muerte, es un precio bajo para esos momentos  que creíste que se  cumpliría  el sueño.

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