miércoles, 2 de noviembre de 2011

DOS



Mira que no hay horizonte al final del camino. Que cuesta recorrer lo ya encontrado.


Y adivino tus pies, tu olor, tu grito. El sabor de ese vino rescatado,mientras todo sucede.


Sabes que en el color del viento está tu nombre. Lo leo mientras pasan los aviones, lástima que no hay bancos en el cielo, para sentarme y ser, mientras te espero.


Gaviotas y relámpagos, a veces tantas nubes. Excesivas palabras y lugares comunes. El nuestro era tan claro,transparente. Pertenecido a dos , tan reservado, que sólo algún piloto de cuando en cuando mira, creyéndolo accidente, pero casi.


A veces me parece que lo sabe.

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