jueves, 3 de noviembre de 2011

ANTES




Antes recibía unas líneas a manera de disculpa, por abrumarme de tantas llamadas y palabras dulces queriendo tú, supongo, oír que me encantaban y que no me sentía invadida, ni robada, ni agobiada.


Antes recibías unas líneas y llamadas, llenas de ilusión, de sueños que quería compartir, de momentos de mi, de palabras de futuro, creyendo yo, que te encantaban, y que no te invadía ni agobiaba.


Hoy ya no lucen esas caricias virtuales en nuestras pantallas, se murió la energía de la aventura de conquistarme y simplemente responsabilidades y trabajo son excusa, para no dejar volar el pensamiento en las manos.


Y de nuevo escribir sobre amaneceres juntos, sobre las alas inmensas que todo lo acercan sobre las ganas de tenernos, sobre risas, sobre deseo, simplemente por tener la necesidad de sentirte dentro.


Nada se nos rompió en el camino de querernos. Nada. La vida que nos toca a cada uno y que no escogemos, y eso nos roba el alma y no nos deja compartir sueños hasta ir dejando sin importancia un arrumaco y un beso.


No se si echarle la culpa al mundo o al poco tiempo, o darnos la culpa a nosotros mismos por morir en el intento, por faltarnos intensidad para alcanzar ese universo del que colgábamos, no hace tanto, nuestro amor sereno.


Antes sonreía al pensarte y leer tus versos, como también lloraba cuando al corazón llegaban directos esos sentimientos de pasar juntos mucho tiempo, pero hoy ni siquiera acude la risa y me invade un desierto.


Hoy sin querer saberlo estás ya demasiado lejos, y no es lejanía de kilómetros ni de cuerpos, es ausencia de acercarme a tu vida como mayor deseo es, tú, quedarte ahí solo sin poder yo llegar a todo esto.

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