martes, 5 de junio de 2012

Mariposas





Todos, creo, hemos sentido dentro del estómago como un vuelo de mariposas inoportuno. 

Esa es  una sensación muy selectiva que se produce en momentos específicos y particulares. Algunos le dan una u otra explicación, pero creo que no deben de confundirse, yo las identifico como nervios.

Se tienen cuando una ha de enfrentarse a situaciones comprometidas, difíciles; cuando es preciso improvisar, cuando no se está preparado para afrontar un problema determinado y se es consciente de ello. 

Pero todo esto no son mariposas en el estómago. 

Los nervios se ven, se notan, se manifiestan de alguna manera, se palpan; las mariposas son invisibles para los demás y a veces hasta para uno mismo pero están ahí, revoloteando indefectiblemente aunque sólo sea durante un instante, a veces largo, pero un instante o unos instantes solamente.


pongamos el escenario de un teatro, y no sólo la noche del estreno; a veces más noches, más días, semanas... Se apagan las luces, se sube el telón, y en el escenario deslumbran como nunca a pesar de la experiencia. Estoy convencida de que,justo en ese momento, a más de uno de los actores le apetecería echar a correr sin detenerse mientras su cuerpo aguantara; huir de ese espacio estrecho entre bastidores donde tantas veces se acumulan auténticas bandadas de mariposas. 

Después, ya en escena, las mariposas, afortunadamente, desaparecen del estómago del actor o de la actriz, no se donde vuelan, pero sabes que ya no están, se han liberado.


Se me ocurre pensar que me gustaría ver más mariposas en otras muchas circunstancias antes de llegar a la hora de la verdad. Y pienso en salas de congresos, en Plenos municipales, en Consejos de Ministros, en órganos de decisión en momentos en que una resolución puede ser trascendental para muchos; en Palacios de Justicia, en Frentes Monetarios de todo tipo, en explotaciones laborales y deportivas y en tantas cosas más... 

Me cuesta creer que no hay, quizá, suficientes mariposas que sepan revolotear en estos escenarios. Tal vez lo que faltan sean estómagos capaces de albergarlas. 


2 comentarios:

  1. ME ALEGRA VOLVERTE A VER POR AQUÍ, YOLANDA, A MI TAMBIÉN ME APRECE TENER MARIPOSAS EN EL ESTÓMAGO.
    UN ABRAZO

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  2. Gracias Enrique, a ver si tengo más tiempo y menos conflictos y vuelvo hacerme pesada ;p. Un abrazo para ti.

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