Siempre discutiendo sin llegar a un acuerdo. Unidos y jamás se separan por muchas diferencias que se tercien.
Cuando uno quiere, el otro no, y el tercero no dá razón ni al primero ni al segundo, calla y no otorga, simplemente espera a ver quién de los dos cede.
Si el otro se empeña, el primero le frena y el tercero, sigue esperando qué parte le tocará recibir.
Nunca fueron bien los tríos, y es por ello que quizá, no lleguen jamás a consenso.
Se deja engañar pocas veces uno de ellos, para tener a los otros contentos, pero es una quimera, y una vez despertada la ilusión, se quema
Y es que, hay razones, que no entiende el corazón y el alma mata.
Y a lo largo de los años, aprenden a respetarse con el mismo amor que nacieron y a unirse, cuando la razón calla, el corazón se parte, y el alma... muere.
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