Hoy la de rojo soy yo. Me encasqueto el trajecito del Zara, y espero que la otra no se presente del mismo color, si no haremos un anuncio de tomate frito, y tan contentas.
Me maquillo como Dios manda, y me aliso el flequillo, que me lo dice una morena, que estoy más resultona con el flequillo liso y el maquillaje limpio de las cejas. Ya no me acordaba de este cosquilleo, de esos brocahazos aquí y allá, de la ilusión por la ilusión. Me apetece jugar.
Todavia no tengo claro de qué va el juego, pero quiero jugar. Mi problema es no querrer estar con un corsé en el cerebro, saber que hoy no es igual que ayer, y que mañana será diferente a hoy y pasado una nueva novedad.
La sorpresa estaba detrás de la esquina, acechando. Las cosas salen cojunudas, cuando no las preparas, cuando no las buscas.
He tenido suerte, yo de rojo, ella de negro . Mal presagio el negro.
Mientras esperaba, sentía la fuerza de una energía exterior, toda ella se acumula en mi interior, me miro al espejo de reojo, y les veo, detrás uno a uno, lanzándome una sonrisa. Sóis geniales. Va por vosotros mi patada al suelo y arriba, sin respirar.
Me queda agradecer. Por cada mano, por cada mensaje, por cada aliento, por cada abrazo, he sido hoy la de rojo, mañana lo serás tú,,, a por ellos, mi niña.
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